Visiblemente cansado tras el viaje que lo trajo desde Iquique, y luego de un recorrido de más de una hora, primero en auto cerrado y después en el papamóvil abierto, el Papa dirigió unas palabras a los fieles.
“Buenas tardes, muchas gracias por haber venido hasta aquí, gracias de corazón. Ahora quisiera darles a todos ustedes y sus familias, a los que tienen en el corazón la bendición, recemos juntos a la Virgen”.
Tras el rezo del Ave María, el Santo Padre bendijo a todos los presentes y les hizo su habitual petición: “Recen por mí, no se olviden, muchas gracias”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 18 de enero de 2018

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