En una entrevista del 23 de noviembre, el P. Zollner, que es miembro del comité de planificación de cuatro personas para la cumbre del 21 al 24 de febrero, dijo que la reunión “es muy importante para la Iglesia" y que “es necesario que la conciencia de una dimensión sinodal se comparta- cum Petro et sub Petro (con el Papa y bajo su autoridad)”.
Al referirse a la fase “consultiva” de la planificación de la reunión, que será lanzada próximamente, el también Presidente del Centro de Protección de Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana dijo a Vatican News que “es necesario que (la reunión) se prepare bien y que involucre a todas las Conferencias Episcopales de inmediato”.
Esta fase, dijo, debe incluir el intercambio de “información, reflexiones, el espíritu de oración y penitencia, y propuestas para nuevas acciones concretas”.
También afirmó que las conferencias de trabajo de obispos que ya fueron creadas para elaborar medidas contra el abuso tendrán un “lugar fundamental” en la cumbre del Vaticano.
El P. Zollner fue nombrado el 23 de noviembre miembro del comité organizador de la reunión del Vaticano sobre prevención del abuso, a la que asistirán el Papa Francisco, los presidentes de las conferencias de obispos del mundo, los líderes de las Iglesias católicas orientales y los jefes de algunas oficinas del Vaticano.
El Papa Francisco designó al P. Zollner como interlocutor del comité organizador. Entre sus funciones está el “armonizar mejor” las experiencias de las conferencias de obispos.
“El Santo Padre está convencido de que el flagelo, el ‘sacrilegio’ del abuso, como lo ha dicho en numerosas ocasiones, es un problema que no corresponde a un solo país y ciertamente no solo a los países occidentales. Involucra a todos los países”, afirmó, y agregó que “requiere una respuesta firme y universal, en contextos y culturas específicas”.
El Papa Francisco estará presente en todas las sesiones de trabajo, así como en la etapa de planificación, que incluye varios pasos concretos bajo su dirección, anotó el P. Zollner.
El sacerdote reconoció que las expectativas para la reunión son increíblemente altas en la Iglesia, y dijo que cree que estas expectativas son razonables “dada la gravedad del escándalo que ha conmocionado y herido a tanta gente, creyentes y no creyentes, en tan muchos países”.
Asimismo, señaló que ve como evidencia del compromiso de la Iglesia sobre este tema la carta del Papa del 20 de agosto “al Pueblo de Dios” y la carta de la Santa Sede del 6 de octubre sobre el ex arzobispo Theodore McCarrick.
“El Santo Padre convocó la reunión en febrero, una decisión sin precedentes, precisamente porque es consciente de que la protección de los menores es una prioridad fundamental para la Iglesia, para su misión y no solo para su credibilidad”, agregó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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