En un comunicado publicado el 31 de octubre, el dicasterio explicó que el 8 de diciembre también “se aprobará los estatutos de ese organismo por un periodo ad experimentum”.
Charis, explica el comunicado, “se propone desarrollar su trabajo en beneficio de todas las expresiones de la Renovación Carismática Católica” pero “no ejercerá alguna autoridad sobre ellas. Cada realidad carismática seguirá siendo lo que es, en pleno respeto a su propia identidad, y permanecerá bajo la jurisdicción de la autoridad eclesiástica de quien depende”.
“Cada realidad carismática podrá usar libremente, para el cumplimiento de su misión, de todos los servicios que Charis prestará, objetivo fundamental que el nuevo organismo se propone”, agrega el texto.
El dicasterio también nombrará a un moderador, 18 miembros del Servicio Internacional de Comunión y el Asistente Eclesiástico por un primer mandato de tres años que comenzará en Pentecostés de 2019, cuando los estatutos entren en vigor.
Desde ese día, “el Servicio Internacional de la Renovación Carismática Católica y la Fraternidad Católica de Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza dejarán de existir. El patrimonio de estos dos organismos deberá transferirse a Charis, a fin de procurar a este nuevo organismo los medios financieros para emprender la misión esperada por el Santo Padre”.
El 3 de junio de 2017, en un encuentro con la Renovación Carismática por sus 50 años, el Papa Francisco agradeció “que el pedido que les hice hace dos años de dar a la Renovación Carismática mundial un solo servicio internacional desde aquí haya empezado a concretizarse en el Acta Constitutiva de ese nuevo único servicio”.
“Gracias, Renovación Carismática Católica, por lo que han dado a la Iglesia en estos 50 años. La Iglesia cuenta con vosotros, con vuestra fidelidad a la Palabra, con vuestra disposición para el servicio y con el testimonio de vidas transformadas por el Espíritu Santo”, dijo entonces el Pontífice en Roma.
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