Ciudad del Vaticano
La presidencia de la Conferencia Episcopal Brasileña "expresa su preocupación por las circunstancias de la muerte del líder étnico Wajãpi, el 24 de julio, en el estado de Amapá". Así inicia el comunicado emitido por la presidencia del episcopado de Brasil. Una nota que sigue a otras reacciones eclesiales por el asesinato, durante el fin de semana, del líder indígena Emira Wajãpi del pueblo Wajãpi, en el Estado de Amapá, por una banda de unos 50 garampeiros (buscadores de oro y piedras preciosas), que invadieron la reserva indígena.
Eliminar todas las formas de discriminación, prejuicio y odio
Después de los comunicados del Consejo Indigenista Misionero (CIMI) y de la Pastoral de la Tierra (CPT), es la misma presidencia de la Conferencia Episcopal Basiliana - según informa la agencia SIR - la que se pronuncia anunciando que "sigue de cerca la creciente crisis social y ambiental que se agrava y es fatal para los pueblos amazónicos, especialmente para los indígenas". Lo ocurrido refuerza lo que el episcopado brasileño ha indicado en el mensaje difundido en mayo de este año, en su 57ª asamblea: "Debemos ser una nación de hermanos y hermanas, eliminando todo tipo de discriminación, prejuicios y odios. Somos responsables los unos de los otros”.
Enfrentar la explotación desenfrenada
Asimismo, los obispos llaman a encontrar maneras de superar los procesos de destrucción y explotación potencialmente letales que socavan la casa común y violan los derechos humanos fundamentales de la población: "Por lo tanto, es necesario enfrentar la explotación desenfrenada y construir un nuevo tiempo, el tiempo de Dios y del hombre, en la Amazonía", escriben los prelados.
Finalmente, los obispos brasileños anuncian que están fortaleciendo su "compromiso con la promoción y defensa de la vida en todas sus formas y expresiones, incluyendo el respeto a la creación desde el punto de vista de una ecología integral".
Las condolencias de la Repam
Por su parte, la Red Eclesial Panamazónica - Repam de Brasil- en un comunicado, manifiesta su "tristeza y dolor", pero también "indignación al ver a nuestros hermanos barridos por un proyecto político y económico que no tiene en cuenta la dignidad humana y la vida de las personas".
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