Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
El cardenal Peter Turkson fue el encargado de pronunciar las palabras de bienvenida a los participantes del Curso Internacional de Formación de Capellanes Militares Católicos en Derecho Internacional, una iniciativa vigente desde 2003 -de acuerdo con el compromiso asumido por la Santa Sede durante la XXVII Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (1999)- y que este año lleva como tema "la privación de libertad en situaciones de conflicto armado. La misión de los capellanes militares".
Un tema que tiene plena actualidad en una época que el Papa Francisco ha definido como una "tercera guerra mundial en pedazos". Se trata de una experiencia de conflicto y guerra, que al mismo tiempo indica la sed de paz y justicia entre los Estados, entre las naciones y entre los distintos pueblos del mundo.
Privación de libertad en situaciones de conflicto
En este sentido, Su Eminencia recordó que este curso pretende considerar un aspecto particular de la dura realidad de los conflictos armados como es "la privación de libertad de las personas afectadas por esta tragedia" y que, por lo tanto, padecen una situación de vulnerabilidad.
"Entre ellos se encuentran los prisioneros, ya sean combatientes que han caído en manos de fuerzas enemigas, o civiles que a menudo son objeto de secuestros, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, por no mencionar el trato inhumano que a veces afecta a las minorías étnicas, lingüísticas, políticas, culturales y religiosas", dijo.
Asimismo, el purpurado señaló que los lugares de detención de estas personas suscitan una preocupación considerable en cuanto a las condiciones de detención, que en muchos casos son inhumanas y perjudiciales para la dignidad de la persona, en particular "para las mujeres, los niños y las personas de edad avanzada", que incluso son arrestadas y detenidas por meras sospechas.
Reclusos en condiciones penosas sin asistencia
"No es raro que los reclusos deban amontonarse en espacios reducidos sin tener en cuenta las condiciones físicas, de salud y culturales. En algunos casos, permanecen detenidos durante mucho tiempo sin juicio ni asistencia, incluida la asistencia jurídica y espiritual", manifestó Peter Turkson.
Y para asistir a todas estas personas en situación de vulnerabilidad, el cardenal hizo hincapié en en que la figura del capellán es fundamental, ya que está llamado a "dar testimonio con sus palabras y con su vida de la preocupación de la Iglesia y del amor misericordioso de Dios que no excluye a nadie".
Capellanes y su misión de defender la dignidad humana
Como dice el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia- afirmó Turkson- "es importante que los capellanes de las cárceles lleven a cabo sus actividades, no sólo desde un punto de vista específicamente religioso, sino también en defensa de la dignidad de los detenidos. Lamentablemente, las condiciones en que cumplen sus condenas no siempre fomentan el respeto de su dignidad; y a menudo, las cárceles se convierten incluso en el escenario de nuevos crímenes".
"El ambiente de las instituciones penitenciarias ofrece, sin embargo, un terreno privilegiado para testimoniar, una vez más, la preocupación cristiana en el campo social: "Yo fui encarcelado y tú viniste a verme" (Mt 25,35-36)", concluyó el Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral.
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