Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
El sábado la Arquidiócesis de Managua realizó el encuentro arquidiocesano misionero, que contó con la presencia de más de 3500 agentes de pastoral de diversas parroquias de la Arquidiócesis, con el objetivo de tomar un nuevo impulso en la misión de la Iglesia.
Durante la jornada se llevaron a cabos diferentes paneles, donde abordaron distintos temas, entre ellos: “Arquidiócesis de Managua: Iglesia en salida con espiritualidad”, se habló de la Carta Apostólica Maximum Illud promulgada por Benedicto XV hace 100 años.
Como dijo el Papa en el Ángelus en la celebración de la Jornada Mundial Misionera, Francisco señala que precisamente esta Jornada “es una ocasión favorable para que cada bautizado sea más consciente de la necesidad del anuncio de La Palabra y de la proclamación del Reino de Dios” y recuerda que la Carta Apostólica Maximum Illud promulgada por Benedicto XV hace 100 años insta concretamente a esto, a dar “un nuevo impulso a la responsabilidad misionera de toda la Iglesia”.
Homilía del Cardenal Leopoldo Brenes
El Cardenal Leopoldo José Brenes, Arzobispo Metropolitano de Managua participó de este encuentro y presidió la Eucaristía en donde agradeció la presencia de los agentes de pastoral y sus párrocos, además de agradecer todo el trabajo misionero que las parroquias vienen desarrollando.
Además, dijo que la grandeza del misionero es ser una persona sencilla, humilde, una persona que se abre a la gracia. El Papa Francisco, recordando al Papa Benedicto XV, a Pablo VI, a Juan Pablo II y a Benedicto XVI, ha querido proponernos este mes, un mes extraordinario de misión en el centenario de la Maximum IIlud, en momento difíciles que vivía el mundo, hace cien años, el papa Benedicto XV, alzó su voz, en esta carta animando a la Iglesia, en situaciones de tensión, anunciando al Príncipe de la Paz, anunciando las relaciones entre los hombres, dejando de lado nacionalismos y vivir la fraternidad. El Papa está impulsando la grandeza de la misión, que nos invita a cada uno como misioneros a tener una experiencia personal de Jesucristo. Anunciar al Cristo vivo a través del testimonio.
En sus palabras finales el Señor Arzobispo dejó claro que este evento no es la clausura del mes misionero, sino que es un evento para tomar un nuevo impulso en la misión de nuestras parroquias y nuestra arquidiócesis, llevar la esperanza a tantos que la necesitan, el anuncio de una buena noticia. Vivir en un estado permanente de misión.
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