El proyecto de ley fue aprobado el miércoles 22 de enero con 160 votos a favor y 116 votos en contra, y es parte de una ley bioética más amplia que tuvo su primera lectura en la Asamblea Nacional francesa a fines del año pasado.
El Senado votó en contra de parte del proyecto de ley que habría financiado la FIV a través de la seguridad social francesa. La Asamblea Nacional habría aprobado esa disposición de la legislación.
De acuerdo a la actual ley, la FIV sólo está permitida a parejas heterosexuales que no pueden concebir; es decir, tienen infertilidad, o aquellas que corren el riesgo de transmitir una afección médica de una gravedad particular reconocida como incurable o una enfermedad de transmisión sexual.
El nuevo proyecto de ley ha sido aplaudido por los defensores de la comunidad LGBT.
“Lo que fue reconocido a las parejas heterosexuales, debe ser reconocido para parejas homosexuales”, dijo el senador del Partido Socialista, David Assouline, de acuerdo a Reuters.
La legislación propuesta permitiría a todas las mujeres solteras menores de 43 años y parejas lesbianas acceder legalmente a asistencia médica para realizar la fertilización in vitro (FIV). Además, les daría a los niños concebidos con espermas donados el derecho de buscar la identidad del donante al cumplir los 18 años.
Este nuevo proyecto de ley alinea a Francia con otros países vecinos como Gran Bretaña, España y los Países Bajos.
Cuando el proyecto de ley fue aprobado por la Asamblea Nacional en octubre, más de 40 mil personas marcharon para expresar su oposición.
Un manifestante declaró a la AFP que “la familia, con una madre y un padre es un ecosistema que necesita protección”, citó la BBC News.
Los obispos de Francia también se han opuesto firmemente al proyecto de ley de bioética desde que se presentó hace seis meses. La Conferencia Episcopal de Francia ha compilado declaraciones de 71 obispos sobre el tema.
El Episcopado también emitió una declaración a principios de enero titulada “Nadie debería tratar a los demás como un objeto”, para expresar su preocupación porque el proyecto de ley prioriza el deseo de los padres sobre el bien de los niños y allana el camino para la eugenesia a través del diagnóstico genético preimplantacional (DGP) y la selección de embriones.
“No solo es una ilusión querer un niño sin variantes genéticas, sino que es la deshumanización de nuestra humanidad”, declararon los obispos franceses.
Según la senadora Corinne Imbert, con la nueva ley ahora se podría permitir el diagnóstico genético pre-implantacional, para que se verifiquen el estado de los embriones antes de que se transfieran al útero de mujeres que hayan sufrido abortos espontáneos repetidos o fallas de implantación, para “evitar varios fracasos dolorosos”, señaló la agencia de noticias France 24.
El Senado planteó un nuevo debate bioético al proponer autorizar de nuevo la concepción in vitro de “bebés salvadores”. Esto era permitido en la ley bioética anterior, pero anulado posteriormente.
Los “bebés salvadores” son niños creados bajo manipulación genética con un sistema inmunitario compatible al de su hermano, pero sin la misma enfermedad genética que este padece, con el objetivo de obtener células madres del cordón umbilical para contribuir a su curación.
El Arzobispo de París, Mons. Michel Aupetit, quien ejerció medicina y enseñó bioética en la escuela de medicina antes de ser sacerdote, dijo que el proyecto de ley tiene consecuencias potencialmente dañinas para los más vulnerables.
“Un niño es un regalo para ser recibido, no un pedido a ser fabricado. La ausencia de un padre es una herida que puede ser sufrida, pero es monstruoso infligirla con intención a alguien”, dijo Mons. Aupetit en una declaración el 15 de junio.
Además recordó que durante años se ha promovido “un comercio eugenésico con la eliminación sistemática de los más frágiles, la creación de embriones transgénicos y las quimeras”.
Los senadores aún deberán debatir el proyecto de ley de bioética hasta el 4 de febrero, luego la reforma volverá a la Cámara Baja para una segunda lectura, señaló France 24.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.
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