
La indiferencia es una manera escondida de no amar a Dios y de no amar al prójimo, afirmó el Papa Francisco en la homilía en la misa de esta mañana en la Casa Santa Marta. En cambio, es necesario ensuciarse las manos, entrometerse en la vida de los demás, recordando que Dios nos amó primero, y nos permite amar.

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