mental illness or order prescription online cialis no. Isosorbide dinitrate is utilized to take care of or prevent attacks of heart problems angina of price cialis Paradoxical bradycardia and increased angina may accompany nitroglycerin-induced hypotension 10mg cialis. argaiv1879 “Brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos”.
Esta situación contrasta con el plan que Dios tiene para nosotros los seres humanos. Dios quiere que seamos felices, que nos realicemos como personas, que siendo compartidos con los demás encontremos alegría y gozo en el dar más que en el recibir, que valoremos los bienes de la tierra no como fines sino como medios, que llevemos una vida fraterna y solidaria, que lo tengamos a Él como nuestro único bien verdadero; en fin, el plan de Dios es un plan de amor que culmina en la vida eterna en su presencia. Ahora bien, nosotros los que creemos en Jesucristo estamos llamados a ser luz del mundo, llamados a iluminar a los demás, a transformar nuestros ambientes de obscuridad y de tinieblas para convertirlos en ambientes luminosos donde reine la paz y el amor: “Ustedes son la luz del mundo…, cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa… Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres…”. Tengamos en cuenta que, cuando una persona es bautizada, se le entrega una vela encendida y se le dice: “Recibe la luz de Cristo”, además se le recuerda que, siendo iluminado(a) por Cristo, debe caminar siempre como hijo(a) de la luz. De dos maneras podemos nosotros vivir este llamado para ser luz del mundo: La segunda forma de vivir esta vocación de ser luz del mundo, es haciendo el bien a nuestros hermanos, realizando buenas obras. La primera lectura, el salmo responsorial y el evangelio, así nos lo muestran: “Comparte tu pan con el hambriento, abre tu casa al pobre sin techo, viste al desnudo…”. “Quien es justo, clemente y compasivo…”. Cuando nosotros hacemos el bien, sembramos buena semilla en los demás, desencadenando así un efecto virtuoso; de esta manera, tarde o temprano, el bien triunfará sobre el mal que nos aflige y, como dice Jesús: “viendo los hombres las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos”. Pidámosle a nuestro Señor en la Eucaristía de este domingo que “no nos cansemos de hacer el bien”, por amor a Dios y a nuestro pueblo. Amén.
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