Meriam de 27 años, había sido condenada a muerte tras ser acusada de renunciar al Islam por tres personas que fraudulentamente aseguraron ser sus hermanos y su madre. Las autoridades islámicas la condenaron además a 100 latigazos por el delito de adulterio, pues su matrimonio con Daniel Wani no era reconocido como tal bajo la ley musulmana.
Meriam pasó varios meses en prisión y tuvo que dar a luz a su segunda hija, Maya, en un centro médico dentro de la cárcel, y durante el parto le mantuvieron puesta una cadena a la pierna.
El Santo Padre recibió a Meriam, que llegó junto a su esposo Daniel y a sus hijos Martin, de año y medio, y Maya, alrededor de la 1:00 p.m. (hora de Roma), expresando su cercanía, atención y oración, especialmente para lo perseguidos por su fe, según indicó el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi.
Radio Vaticano informó que Francisco agradeció a Meriam y su familia por el valiente testimonio de perseverancia en la fe que han mostrado.
Por su parte, Meriam agradeció al Papa el gran apoyo y el aliento recibido, tanto por su oración como la de los numerosos creyentes y personas de buena voluntad.
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