La Rioja (AICA): El obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, expresó su tristeza y conmoción por la caída del Cristo de la Hermandad, la imagen que se levantaba en el predio municipal conocido como el “Solar de la Fe”. El prelado rechazó declaraciones políticas que consideró “desafortunadas y erróneas” y denunció que “desde mucho tiempo atrás, los vecinos del barrio y el Obispado han venido haciendo, infructuosamente, presentaciones para que se trabajara en el mantenimiento del Cristo”. Presidió una misa, en la que subrayó “que, más allá de nuestras miserias, Dios nos invita a crecer y madurar en la fe”.
“Escuché conmovido a un joven de la comunidad expresar su desazón y la indiferencia con la que muchas veces pasamos frente al Señor de Yacampis. Decía con palabras muy sencillas pero muy firmes que nos tenemos que dejar cuestionar por esta caída y rezar con Él, acompañándolo como María, al pie de la Cruz. Ese joven hablaba desde su dolor pero entreabría la puerta del corazón a la esperanza. Juntos podemos recuperar a nuestro Cristo. Juntos podemos estar a sus pies y rezar con Él por todos nuestros hermanos”, escribió en un mensaje a la comunidad.
Frente a declaraciones políticas que consideró “desafortunadas y erróneas”, el prelado recordó que el Solar de la Fe, donde se encuentra la imagen, es “un predio de propiedad municipal” que fue concedido al Pueblo de La Rioja desde el 16 de abril del Año Santo 2000.
Monseñor Colombo denunció que “desde mucho tiempo atrás, los vecinos del barrio y el Obispado han venido haciendo, infructuosamente, presentaciones para que se trabajara en el mantenimiento del Cristo”.
“Queremos como sociedad comprometernos con Cristo y volver a poner un día su imagen restaurada. Pero vamos a rezarlo juntos. Vamos a pedirle fuerzas al mismo Señor para hacerlo”, agregó.
Por eso, monseñor Colombo presidió este miércoles, festividad religiosa de la Anunciación del Señor, una misa en la que destacó que “el Cristo de Yacampis, el Señor de la Hermandad nos habla del triunfo de la Vida por sobre la muerte y el pecado” y aseguró “que, más allá de nuestras miserias, Dios nos invita a crecer y madurar en la fe”.+
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