Para ello, aconsejó utilizar la oración que él preparó con ocasión de la Fiesta de la Sagrada Familia del año 2013. La oración, que él mismo pronunció también este miércoles en la Plaza de San Pedro, es la siguiente:
“Jesús, María y José,
en ustedes contemplamos
el esplendor del amor verdadero,
a ustedes nos dirigimos con confianza.
Sagrada Familia de Nazaret,
haz que también nuestras familias
sean lugares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Sagrada Familia de Nazaret,
que nunca más en las familias se vivan experiencias
de violencia, cerrazón y división:
que todo el que haya sido herido o escandalizado
conozca pronto el consuelo y la sanación.
Sagrada Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
pueda despertar en todos la conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchen y atiendan nuestra súplica. Amén”.
A lo largo de su catequesis, el Santo Padre aseguró que se trata de “una oración llena de amor por la familia y por la vida. Una oración que sabe regocijarse con los que se gozan y sufrir con los que sufren”.
“Volvemos a lanzar esta tarea hasta el próximo octubre, cuando tendrá lugar la Asamblea Sinodal ordinaria dedicada a la familia. Querría que esta oración, como todo el camino sinodal, sea animada por la compasión del Buen Pastor por su rebaño, especialmente por las personas y familias que por diversos motivos están ‘cansadas y abatidas, como ovejas sin pastor’”.
Según el Pontífice, de esta manera “la Iglesia estará todavía más comprometida y todavía más unida, en el testimonio de la verdad del amor de Dios y de su misericordia con las familias del mundo, ninguna excluida, sea dentro como fuera del redil”.
El Papa les dijo a los fieles: “que no falte vuestra oración” porque tanto el “Papa, cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, fieles laicos, todos estamos llamados a rezar por el Sínodo”. “¡De esto hay necesidad, no de chismorreos!”, añadió a continuación.
Por último, invitó a rezar también a cuantos se sienten alejados, o que no están habituados a hacerlo: “esta oración por el Sínodo de la familia es por el bien de todos”.
A los peregrinos de la Plaza les habían repartido al comenzar una estampa con la oración y el Papa les invitó “a conservarla y a llevarla con vosotros, así en los próximos meses podréis recitarla a menudo, con santa insistencia, como nos ha pedido Jesús”.
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