Bien, veo que esta vez el rey me ha hecho caso y ha hecho el vídeo con su saludo navideño siguiendo las pautas que le aconsejé el año pasado. Grabar el saludo sentado en una salita de estar vulgar teniendo detrás un árbol de navidad estrambótico eran los ingredientes perfectos para hacer un real desastre. Nuestro monarca fue usado inmisericordemente como carne de cañón durante semanas por parte de infinitos memes. Nunca un saludo ha sido amado por tantos blogs.
Por fin este año las cosas han vuelto a palacio, de donde nunca debieron haber salido. Eso sí, escuchar el discurso navideño de un rey, de cualquier rey actual es la más completa pérdida de tiempo. En una democracia constitucional, este tipo de saludo es un producto neutro vacío de contenido. Como producto vacuo, cada saludo navideño es una obra de arte.
Lo original sería que el rey apareciera en las pantallas y dijera: Hoy os voy a hablar de Kafka.O que improvisara durante diez minutos acerca de cómo cree que puede ser su vejez y tratara de describir los últimos instantes de su vida. Eso sí que sería un discurso interesante.
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