Además, el Vaticano difundió un mensaje con motivo de esta jornada, firmado por el Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Cardenal Peter Turkson, en el que señala que “la Iglesia, con sus obras, da testimonio de su atención y solicitud hacia las personas con autismo”.
“En nuestra comunidad está presente una actitud general de acogida, incluso si resulta difícil lograr una inclusión real”, indica.
Para ello, “es fundamental que nuestras comunidades cristianas sean casas en las que todo sufrimiento encuentre compasión, en la que toda familia con carga de dolor y cansancio pueda sentirse comprendida y respetada en su dignidad”.
Subraya que “es esencial permanecer al lado, de forma efectiva, de aquellos que sufren disturbios de tipo autístico y de sus familias, sobre las cuales pesa una mole de trabajo enorme, a veces insoportable”.
“Se debe tomar en consideración a todos los miembros de la familia, no sólo a los padres, sino también a los demás hijos, cuyo desarrollo necesita de la máxima atención y cuidado. ¡Con qué frecuencia experimentan una sensación de insuficiencia, ineficacia y frustración!”.
Así, el Cardenal Turkson propuso “construir una sólida alianza entre los sectores sanitario, socio-sanitario y educativo, y garantizar la continuidad de la asistencia y del cuidado en todo el arco de la vida”.
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