¡Ya basta!

“Para lograr la paz es necesario
decir “no” al odio y a la violencia
y “sí” a la fraternidad
y la reconciliación…”
Papa Francisco

Fernando Díaz de Sandi Mora

Una de las peores enfermedades sociales es la violencia. Este mundo se convulsiona terriblemente bajo este mal que nos aqueja por distintos y cada vez más numerosos casos de violencia, el uso agresivo de los recursos personales para conseguir un fin, someter a otros y generar daño o destrucción.
¿Te sientes seguro al salir a la calle? ¿Cuánto inviertes en candados, alarmas, seguros, lo que sea para proteger tus pertenencias? ¿Vives tranquilo o te sientes agobiado por el ambiente violento e inseguro que se respira?
Los noticieros plagados de notas que denotan ese entorno enrarecido, un panorama que nos hace vivir en un “sálvese quien pueda”. Esto, al menos desde mi perspectiva, no es lo normal, no es lo conveniente… En pocas palabras, vivir bajo este esquema de violencia y cultura del miedo, definitivamente no es de Dios.
Pretextos sobran para convertirse en una persona violenta, para llenarse de un odio o furia irracional que enciende la mecha y hace que un ser humano explote contra el otro, evocando la quijada de burro descargada contra Abel…

Ya Basta (2)
El violento se llena de pretextos para justificar lo que hace. De hecho, la mayoría de las personas que emplean la violencia creen tener una o varias razones que respaldan su comportamiento, hasta el punto de pensar que es lógico y consecuente con las circunstancias a las que se tienen que enfrentar; pensando que la mayoría, en su lugar, haría lo mismo.
Este siglo, plagado de avances tecnológicos y científicos, en donde ahora la gente puede vivir más, paradójicamente, ahora las personas viven menos, porque mueren de estrés, o porque son asesinadas en una guerra, un asalto o un acto terrorista.  Un siglo en donde esta tecnología se creó para acercarnos más y ahora vivimos ignorando a los que están cerca por atender a los que están lejos, a los que ni siquiera conocemos. Vivimos en un mundo de ermitaños, cavernícolas modernos que irracionalmente, sin sentido y a sangre fría, destruyen, arrancan, derrumban, ultrajan y matan. ¿Dinero? ¿Sexo? ¿Drogas? ¿Poder? ¿Religión? Cada vez el hombre se fabrica más pretextos para justificar su violencia…
¡Ya basta…!
La paz, más que un derecho universal, es un compromiso, un llamado a la vida personal…
¡Ya basta…!
No más personas arrebatadas de sus familias. No más ataques a comunidades que tienen distintas creencias. No más madres de familia golpeadas o maltratadas. No más pagos injustos en las empresas. No más corrupción en los que deben servirnos. No más sacerdotes o cualquier persona inocente asesinados. No más niños ultrajados…
La paz no es algo que se desea, la paz es algo que se hace…
¡Hagamos la paz…! Convierte tu hogar en una escuela de paz…
Por favor, ¡basta…!

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