"La maternidad difícil y después su enfermedad fueron experiencias de Cruz y la Cruz es la puerta para la Pascua", explica el postulador de la causa“Chiara era una muchacha normal, llena de intereses, amaba viajar, tocaba el violín y el piano. Tuvo un compromiso, aunque problemático, se dio por vencida y luego se recuperó. Pero en todo lo que ella vivió, desde niña gracias a su educación profundamente cristiana, estaba sostenida por la oración”, afirmó el postulador. El padre Gambalunga también destacó que la historia de Chiara “resplandece a la luz del Evangelio” y que “la maternidad difícil y después su enfermedad fueron experiencias de Cruz y la Cruz es la puerta para la Pascua, para entrar en la vida nueva y ser fructífera para todos, para la Iglesia y el mundo”. Por su parte, Enrico Petrillo aseguró a Vatican News que “¡Clarita era necesaria en el cielo! Toda esta fama de santidad es un consuelo para mí porque pienso que un cierto sentido era verdaderamente necesaria. Y en el cielo está haciendo tanto bien”. El pasado 2 de julio se dio a conocer el edicto que anunciaba los primeros pasos para abrir la causa de beatificación de esta joven madre coraje. Chiara Corbella nació en 1984 y conoció a Enrico en una peregrinación que realizó en el año 2002 a Medjugorje. Al regresar a Roma, ambos inician el noviazgo que duraría seis años. Se casaron en Asís el 21 de septiembre de 2008. Tuvieron dos hijos que murieron a las pocas horas de nacidos a causa de malformaciones. Cuando estaba embarazada de su tercer hijo, Chiara descubrió que tenía cáncer en la lengua y en marzo del 2011 se sometió a una operación para extirpar el tumor. Los médicos le dijeron que debía seguir un tratamiento para curarse, pero ella se negó para proteger la vida del bebé que esperaba. Su tercer hijo, Francesco Petrillo, nació el 30 de mayo de ese mismo año y Chiara decidió entonces retomar el tratamiento. Sin embargo, el cáncer ya se había extendido a uno de sus pulmones, a los nodos linfáticos, al hígado y a su ojo derecho, que durante un tiempo cubrió con parche. En mayo de 2012, acompañada por su esposo y su hijo, la joven madre se encontró con el Papa Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro. Chiara pasó los últimos momentos de su vida en la casa familiar cerca al mar junto a su esposo y su hijo. Falleció el 13 de junio de 2012 a los 28 años de edad y su funeral se celebró en Roma tres días después en la iglesia Santa Francesca Romana. Enrico Petrillo contó a Vatican News que la tumba de su esposa difunta se convirtió en un centro de peregrinación. “Es un milagro porque yo no había llamado a nadie”, comentó. * Publicado originalmente por María Ximena Rondón en ACI Prensa.
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