Escuchemos a los pobres

Rebeca Ortega Camacho

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“Este pobre gritó y el Señor lo escuchó”, en alusión al Salmo (34, 7), es el tema de la II Jornada Mundial de los Pobres. “Las palabras del salmista se vuelven también las nuestras a partir del momento en que somos llamados a encontrar las diversas situaciones de sufrimiento y marginación en las que viven tantos hermanos y hermanas, que habitualmente designamos con el término general de pobres”, explica el Santo Padre señalando que quien escribe tales palabras, a pesar de tener una experiencia directa de la pobreza, “la transforma en un canto de alabanza y de acción de gracias al Señor”.
La clave está en buscar a Dios dentro de cada realidad, situación o circunstancia de la vida, incluso en aquellos momentos más trémulos y vacíos de la propia existencia; puesto que la verdadera pobreza humana no reside en los bienes materiales, sino en los dones del Espíritu. Por ello, el Pontífice subraya que este salmo “permite también a nosotros hoy comprender quiénes son los verdaderos pobres a los que estamos llamados a volver nuestra mirada para escuchar su grito y reconocer sus necesidades”.
Por otra parte, el Papa destaca tres verbos fundamentales contenidos en la lectura de este salmo, que ayudan a comprender la actitud del pobre y su relación con Dios: gritar, responder y liberar.
En primer lugar gritar; porque la condición de pobreza “no se agota en una palabra, sino que se transforma en un grito que atraviesa los cielos y llega hasta Dios”. Un grito que expresa sufrimiento, soledad y desilusión, pero al mismo “esperanza”, ya que pide ser escuchado. ¿Cómo es que este grito, que sube hasta la presencia de Dios, no alcanza a llegar a nuestros oídos, y nos deja indiferentes e impasibles?”, plantea el Sucesor de Pedro señalando que por ello, en esta Jornada, “estamos llamados a hacer un serio examen de conciencia para darnos cuenta si realmente hemos sido capaces de escuchar a los pobres”.
Responder a los pobres
El segundo verbo propuesto por el Papa es “responder”, ya que tras escuchar el grito del pobre que sufre, es necesario dar una respuesta concreta. “El Señor -dice el salmista- no sólo escucha el grito del pobre, sino que responde. Su respuesta, como se testimonia en toda la historia de la salvación, es una participación llena de amor en la condición del pobre”, continúa explicando el Obispo de Roma añadiendo que la Jornada Mundial de los Pobres “pretende ser una pequeña respuesta que la Iglesia entera, extendida por el mundo, dirige a los pobres de todo tipo y de toda región para que no piensen que su grito se ha perdido en el vacío”.
Una respuesta que no debe limitarse a la mera “asistencia material” del necesitado; sino a un auténtico encuentro personal con él, ya que- dice el Papa Francisco- “los pobres no necesitan un acto de delegación, sino del compromiso personal de aquellos que escuchan su clamor”.

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Liberar a los pobres
El último verbo es “liberar”: “el pobre de la Biblia vive con la certeza de que Dios interviene en su favor para restituirle dignidad”, escribe el Santo Padre recordando que la pobreza “no es buscada, sino creada por el egoísmo, el orgullo, la avaricia y la injusticia” y que por tanto, “cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles; atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo” (Exhort. Ap. Evangelii Gaudium, N° 187).
Y al respecto, el Pontífice pone en guardia sobre la “distancia social” que tiende a crearse en torno a los pobres, que sufren el rechazo, la marginación y la indiferencia de quienes pasan por su lado ignorando su presencia; ya que actuando así, “sin darnos cuenta se produce también una alejamiento del Señor Jesús, quien jamás los rechaza sino que los llama y los consuela”.

Los primeros en
reconocer a Dios
Asimismo, el Papa Francisco hace hincapié, en que los pobres son los primeros capacitados para reconocer la presencia de Dios y dar testimonio de su proximidad en sus vidas “porque confían en que Dios permanece fiel a su promesa, e incluso en la oscuridad de la noche no hace faltar el calor de su amor y de su consolación.
“Sin embargo, para superar la opresiva condición de pobreza es necesario que ellos perciban la presencia de los hermanos y hermanas que se preocupan por ellos y que, abriendo la puerta del corazón y de la vida, los hacen sentir amigos y familiares. Sólo de esta manera podremos reconocer la fuerza salvífica de sus vidas y ponerlos en el centro del camino de la Iglesia”, puntualiza el Papa invitando a todos a participar en la Jornada Mundial dedicada a los pobres, como un momento privilegiado de nueva evangelización.
“Los pobres nos evangelizan, ayudándonos a descubrir cada día la belleza del Evangelio. No echemos en saco roto esta oportunidad de gracia. Sintámonos todos, en este día, deudores con ellos, para que tendiendo recíprocamente las manos, uno hacia otro, se realice el encuentro salvífico que sostiene la fe, hace activa la caridad y permite que la esperanza prosiga segura en el camino hacia el Señor que viene”, concluye el Obispo de Roma.
Este día, el Papa se encontrará con los pobres, acompañados por las asociaciones y los grupos parroquiales en la Basílica de San Pedro, donde se celebrará la Santa Misa. Posteriormente, el Santo Padre participará en el almuerzo en el Aula Pablo VI con alrededor de 3 mil pobres. Al mismo tiempo, en muchas parroquias que se han unido a la iniciativa, en los centros de voluntariado y en algunos colegios y escuelas, cada uno según sus posibilidades, se ofrecerá un almuerzo a las personas en situación de calle, como un momento de fiesta. (Vatican News).

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Los preferidos de Dios
En su mensaje, el Pontífice nos exhorta a escuchar y actuar a favor de las personas más vulnerables en la sociedad. Es importante recordar, que la Iglesia siempre ha vivido la caridad como un elemento esencial de la vida cristiana. La Doctora en Teología y Profesora Titular e Investigadora de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia, Olga Consuelo Vélez Caro invitó a los presentes a ver desde la perspectiva de los pobres, escucharlos y aprender de ellos; esto lo mencionó en su conferencia “La gran ciudad replantea y desafía la pastoral”, impartida en el marco del Primer Encuentro Continental de Pastoral Urbana, que se llevó a cabo en la Arquidiócesis de Guadalajara.
En el Documento de Aparecida se expresa que “la división de clases en nuestras ciudades sigue vigente”, señaló la ponente. Después, compartió que en el Documento de Puebla (que en 2019 cumplirá 40 años), número 28, señala la inmensa brecha entre ricos y pobres. ¿Cómo es posible, ser creyentes en un continente con esa brecha tan inmensa? Lógicamente la Iglesia no lo puede solucionar, hay políticas sociales que hay que implementar; pero tenemos que hacer una pregunta de fondo, ¿qué nos hemos jugado como Iglesia para impedir la profundización de estas brechas? Celebrar 40 años, no es solamente hacer un congreso para recordar, yo creo que lo que nos tiene que doler es, ¿cómo es posible que esa brecha en vez de haberse cerrado un poquito, sigue aumentando día a día?
“En la Evangelii Gaudium, el Papa nos invita a situarnos desde los pobres y nos repite las razones del por qué este lugar de los pobres tiene esa radicalidad evangélica que se necesita vivir. Dice el Papa, la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica, y esto porque Dios dirige a los pobres su primera misericordia. Los pobres tienen un sitio preferencial en el corazón de Dios y esta preferencia tiene consecuencias para la vida de los creyentes; ellos tienen mucho que enseñarnos, los pobres nos evangelizan.
“Todo esto los sabemos, pero, ¿qué tanto yo me dejo interpelar, enseñar, desinstalar por esta realidad de los pobres? Los pobres son aquellos en los que hay que descubrir a Cristo; además de ser sus amigos, hay que escucharlos, interpretarlos y recoger la misteriosa sabiduría de Dios que se nos quiere comunicar a través de ellos. Si no es desde los pobres, los preferidos de Dios y los destinatarios primeros del Reino, pues nos alejamos de lo fundamental, y de lo primero que seguimos, Jesús de Nazaret”, dijo la Dr. Olga Vélez, quien recuerda las palabras del Papa Benedicto XVI en Aparecida: “La opción preferencial por los pobres es intrínseca a la Fe Cristológica”.
Asimismo, comentó que las palabras del Papa Francisco en cada homilía, discurso, encíclica, etc., “nos vuelve a desinstalar, porque de alguna manera vuelve a situarnos, una y otra vez, en el origen de nuestra fe cristiana; y nuestra fe es el seguir al Jesús que anuncia la liberación a los pobres, que no se contenta con que la realidad sea como es, que se atreve a plantear que la realidad puede ser distinta. Si la vida cristiana no se compromete en la transformación, está fuera de foco, porque lo importante de la vida cristiana no es la liturgia, no es la doctrina, esto es expresión de lo único fundamental, el amor a Dios en el hermano a quien vemos, ‘a quien le hiciste esto a Mí me lo hiciste’… Nos haría mucho bien, ver las ciudades desde el lugar teológico de los pobres, ahí está Jesús, ahí está la esencia del Evangelio”, concluyó.

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