No me digáis que no es una pintura preciosa, sencillamente hermosísima. Un ritual de coronación refleja la nobleza que debería tener el ejercicio del Poder. No es que quisiera hoy hablar del tema, pero he encontrado esta pintura.
Los rituales de coronación, actualmente, quedan totalmente descartados. Incluso en el caso de un monarca europeo, realmente no reflejan una realidad si se llevaran a cabo como antaño. El ritual era demasiado grandioso para el mínimo poder de un rey actual. No me parece mal que se mantenga el ritual en el Reino Unido, porque es como un fósil con una tradición ininterrumpida. Y soy favorable a mantener todo tipo de fósiles.
Pero esos rituales tenían sentido únicamente en aquella situación medieval de cristiandad. Pero estéticamente hay que reconocer que son muy bonitos. Lo único que pervive de esa época parecido es la ordenación de un obispo.
Yo propuse en su momento (como un ejercicio intelectual) una serie de cambios en la toma de posesión de un obispo de su diócesis para que fuera un acto con un ritual más desarrollado. Ese ritual que proponía aparece en mi libro Ex scriptorio.
Me alegro de que el único Poder que siga estando dotado de estos rituales tan bellos sera el poder espiritual de los sucesores de los apóstoles y que los demás hayan quedado reducidos a lo funcional.
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