“El primer protagonista de toda oración cristiana es el Espíritu Santo. Nosotros no podremos nunca rezar sin la fuerza del Espíritu Santo. Es Él quien reza en nosotros y nos mueve a rezar bien. Podemos pedir al Espíritu que nos enseñe a rezar, porque Él es el protagonista, quien hace la verdadera oración en nosotros”, explicó el Santo Padre.
En esta línea, el Pontífice señaló que el Espíritu Santo “sopla en el corazón de cada uno de nosotros, que somos discípulos de Jesús” y nos hace capaces de “rezar como hijos de Dios, quienes realmente somos por el Bautismo.
“El Espíritu nos hace rezar en el ‘surco’ que Jesús ha excavado en nosotros. Este es el misterio de la oración cristiana: por gracia estamos atraídos en aquel diálogo de amor de la Santísima Trinidad”, afirmó.
Por otro lado, Francisco recordó que “la oración cristiana nace de la audacia de llamar a Dios con el nombre de Padre” y alentó también a pedir por “nuestros hermanos y hermanas en la humanidad, para que ninguno de ellos, los pobres especialmente, quede sin consuelo y sin una porción de amor”.
“Esta es la raíz de la oración cristiana: decir ‘Padre’ a Dios. ¡Pero se necesita valentía! No se trata tanto de una fórmula, sino de una intimidad filial en cuanto somos introducidos por gracia: Jesús es el revelador del Padre y nos dona la familiaridad con Él”, exclamó el Papa.
Citando el Catecismo de la Iglesia Católica, el Santo Padre destacó que Jesús no nos dejó “una fórmula para repetir mecánicamente” y agregó que “es a través de la Palabra de Dios que el Espíritu Santo enseña a los hijos de Dios a rezar a su Padre”.
“Jesús mismo ha usado diversas expresiones para rezar al Padre” dijo Francisco quien animó a leer con atención los Evangelios para descubrir las distintas expresiones de oración que surgen de los labios de Jesús y recuerdan el texto del Padre Nuestro.
En este sentido, el Santo Padre recordó la oración de Jesús en el huerto de los olivos en donde lo llama “Abba, Padre” y que en medio de la obscuridad “Jesús invoca a Dios con el nombre de ‘Abba’, con confianza filial, y a pesar de sentir miedo y angustia, pide que se cumpla su voluntad”.
De este modo, el Papa señaló que en otros pasajes del Evangelio Jesús insiste a sus discípulos que “cultiven un espíritu de oración”. “La oración debe ser insistente, y sobre todo, debe llevar a recordar a los hermanos, especialmente cuando vivimos relaciones difíciles con ellos”, alentó.
“Un cristiano puede rezar en cualquier situación. Puede asumir todas las oraciones de la Biblia, de los Salmos especialmente: pero puede rezar también con tantas expresiones que en milenios de historia han brotado del corazón de los hombres”, explicó el Papa.
Por ello, el Santo Padre aseguró que “para rezar debemos hacernos pequeños, para que el Espíritu Santo venga a nosotros y sea Él a guiarnos en la oración”.
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