Pastoral para la Comunicación.-El Movimiento de Cursillos de Cristiandad (MCC) es un Movimiento de acción apostólica que pretende reavivar el cristianismo y fermentar los ambientes sociales con los valores del Evangelio, llevando así a Cristo a un alma y mil más. La vida del cursillista inicia viviendo un “cursillo de cristiandad”, es un retiro kerigmático, de anuncio de la salvación, en donde se reflexiona sobre el amor de Dios y se valora con alegría que Dios dio la vida por cada uno de nosotros, siento esto, una proyección de vida.
La formación que ofrece el Movimiento se estructura en tres campos que son: el método del movimiento, el área humana y el área espiritual. La “Ultreya” que significa “ir más allá de la vida”, es una reunión anual en donde se da testimonio de la experiencia de Dios.
El sábado 25 de mayo de 2019, se llevó a cabo en Tijuana, la Cuarta Ultreya Provincial del MCC en las instalaciones de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, Zona Río.
Fue un evento a nivel regional en donde se reunieron alrededor de 350 personas de las diócesis de Ensenada, Mexicali, La Paz y Tijuana. Dentro del Encuentro se impartieron dos temas principales, siendo el primero: “La presencia del Cursillista como Evangelizador”, impartido por del Mtro. en Teología, Sergio Arredondo Castro y como segundo tema: “Cursillistas Evangelizadores con Espíritu Jubiloso bajo la acción del Resucitado”, por parte del Pbro. Eduardo Valdez Lucero, Asesor Provincial del Movimiento. Concluyendo con: “El testimonio de su cuarto día” por Mons. Rafael Romo Muñoz, Arzobispo Emérito de Tijuana.
La Santa Misa fue celebrada por nuestro Señor Arzobispo, Mons. Francisco Moreno Barrón quien invitó a los Cursillistas a ser transmisores del Rostro de Cristo Resucitado en el mundo y a vivir el Movimiento bajo el impulso del Espíritu Santo para ir realizando la obra evangelizadora de la Iglesia en la provincia de la Baja California.
Los animó también a seguir adelante y a que busquen a más personas para que se convenzan de que Cursillos de Cristiandad vale la pena, siendo éste, un tesoro en la Iglesia, una alternativa para ser felices y así construir un mundo nuevo y encontrar en él, los caminos de la santidad.
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