El día de ayer, 1 de febrero, el Santo Padre celebró a las 5 de la tarde (hora local) una Misa en la Basílica de San Pedro con los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica.
Días antes en una entrevista concedida al diario del Vaticano, L’Osservatore Romano (LOR), el secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, Mons. José Rodríguez Carballo, afirmó que los consagrados deben ser “antorchas para quienes caminan en medio de las tinieblas”.
“La vida consagrada está llamada a mantener encendida la lámpara del profetismo, convirtiéndose en faro para quien está desorientado en altamar, antorcha para quienes caminan en medio de las tinieblas, centinela para quienes no ven una salida en la vida”, dijo.
El 26 de enero de 2019 durante su visita a Panamá por la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa tuvo una Misa con los sacerdotes, religiosos y consagrados, con quienes reflexionó sobre el encuentro de Jesús con la samaritana en el Evangelio y se refirió al cansancio que experimentan los consagrados ante los cambios que “parecen poner en duda” la viabilidad de la vida religiosa.
El Pontífice enumeró algunas de las causas que provocan cansancio en los consagrados: “desde largas horas de trabajo que dejan poco tiempo para comer, descansar y estar en familia, hasta ‘tóxicas’ condiciones laborales y afectivas que llevan al agotamiento y agrietan el corazón”.
“Todas reclaman, como grito silencioso, un pozo desde donde volver a empezar”, explicó Francisco.
El Pontífice alentó a los consagrados a recuperar “la pasión de enamorados” de su vocación y “volver sin miedo al pozo fundante del primer amor, cuando Jesús pasó por nuestro camino, nos miró con misericordia, nos pidió seguirlo; al decirlo recuperamos la memoria de aquel momento en el que sus ojos se cruzaron con los nuestros, el momento en que nos hizo sentir que nos amaba y no solo de manera personal sino también como comunidad”.
Asimismo, en su discurso del 21 de enero de 2018 a las religiosas contemplativas en el Santuario de las Nazarenas en Lima, en el marco de su visita a Perú, el Papa Francisco indicó que “la oración es el núcleo” de la vida consagrada, especialmente de la contemplativa, y “es el modo de cultivar la experiencia de amor que sostiene nuestra fe”.
“¡Cuánto necesitamos de la unidad de la Iglesia! que todos sean uno. ¡Cuántos necesitamos que los bautizados sean uno, que los consagrados sean uno, que los sacerdotes sean uno, que los obispos sean uno! ¡Hoy y siempre! Unidos en la fe. Unidos por la esperanza. Unidos por la caridad”, expresó.
Por otro lado, en su mensaje a los sacerdotes, religiosos y consagrados durante su visita a Colombia en septiembre de 2016, el Santo Padre afirmó que “donde hay vida, fervor, ganas de llevar a Cristo a los demás, surgen vocaciones genuinas; la vida fraterna y fervorosa de la comunidad es la que despierta el deseo de consagrarse enteramente a Dios y a la evangelización”.
El Sumo Pontífice dijo que la fecundidad vocacional se logra manteniendo “una relación vital, existencial, de absoluta necesidad; es vivir y crecer en unión íntima y fecunda con Jesús, fuente de vida eterna”.
También señaló que la “alegría contagiosa” de la vida consagrada “tiene que ser el primer testimonio de la cercanía y del amor de Dios. Somos verdaderos dispensadores de la gracia de Dios cuando transparentamos la alegría del encuentro con Él”.
Además, Francisco los alentó a “callejear la fe” con alegría y a recordar que, a pesar de todo, "Dios sigue llamando".
Aquí algunos datos importantes sobre aquellas personas que decidieron consagrar sus vidas al servicio de Dios.
La vida consagrada está conformada por todos los bautizados que se consagran a Dios a través del rito de profesión o el de consagración de vírgenes. Estos fieles se comprometen a vivir la pobreza, castidad y obediencia, a través de emisión de votos o promesas.
Entre las ramas de la Iglesia Católica que hacen este ofrecimiento se encuentran los institutos de vida contemplativa (varones y mujeres en comunidades claustrales), institutos de vida apostólica (congregaciones religiosas masculinas y femeninas, sociedades de vida apostólica), institutos seculares, orden de las vírgenes consagradas y nuevas formas de vida consagrada.
Según las estadísticas de la Iglesia Católica publicadas en octubre de 2016 por la agencia vaticana Fides, hay en el mundo 1.245 obispos pertenecientes a órdenes religiosas, 134.816 sacerdotes religiosos, 612 diáconos permanentes religiosos, 54.559 religiosos no sacerdotes y 682.729 religiosas.
Asimismo, la Iglesia cuenta con 654 miembros de institutos seculares masculinos y 24.198 miembros de institutos seculares femeninos. Por otro lado el número de seminaristas mayores religiosos es de 46.638 y los seminaristas menores religiosos son 24.453.
En noviembre de 2014 el Papa Francisco, envió una carta apostólica a todos los consagrados para señalar los objetivos del Año de la Vida Consagrada, que se inició el 30 de noviembre del 2014 y que culminó el 2 de febrero del 2016.
El primero fue “mirar el pasado con gratitud” para “tener viva la propia identidad, sin cerrar los ojos a las incoherencias, fruto de las debilidades humanas y quizás también al olvido de algunos aspectos esenciales del carisma”.
El segundo objetivo fue “vivir el presente con pasión”, así como “el Evangelio en plenitud y con espíritu de comunión”. Por último, el tercer objetivo es “abrazar el futuro con esperanza, sin desanimarse por tantas dificultades que se encuentran en la vida consagrada a partir de la crisis vocacional”.
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