En un comunicado, Mons. Vieira señaló que “la Iglesia proclama la belleza de la vida consagrada reconociéndola como un don de Dios Padre a su Iglesia, a través del Espíritu”.
El Prelado resaltó que los religiosos y religiosas están llamados a “vivir el carisma de la consagración, no como un privilegio que los hará más santos o más importantes que los demás, sino como consagrados al servicio de los demás como Jesús lo fue”.
“Todos los cristianos son llamados a vivir como servidores de los demás, pero los religiosos viven esta llamada con total libertad y donación por medio de los consejos evangélicos, los votos de pobreza, castidad y obediencia”, subrayó.
Mons. Vieira señaló que los consagrados “recuerdan a todos los demás fieles que esta existencia ‘cristiforme’ está destinada a todos los bautizados”.
“Los religiosos y religiosas presentes en nuestra Iglesia particular merecen nuestro reconocimiento y gratitud y, al mismo tiempo, deseo que todos puedan, en un acto de fe, confirmar su adhesión a Cristo y manifestar a todos la infinita misericordia de Dios”, afirmó.
El Prelado pidió que el testimonio de los consagrados “ilumine nuestra vida” y recordó también a los religiosos que “ya han partido a la Casa del Padre y viven en la eternidad lo que ya han vivido aquí en la tierra”.
“Los felicito a todos y al mismo tiempo, los exhortó a vivir siempre esta comunión eclesial en el servicio pastoral”, señaló.
Mons. Vieira instó a todos a seguir “dando testimonio de fraternidad” y enseñar “que la fraternidad es el camino para realizar cada vocación”.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en ACI Digital.
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