Al iniciar la celebración, las dueñas de casa, le obsequiaron una mitra con la que el Arzobispo presidió la eucaristía. Luego, colocaron en el altar, tres banderas una del Vaticano, de Italia y la de Chile.
El Cardenal agradeció que lo recibieran nuevamente en esta casa, ya que cada vez que viaja a Roma, suele visitar este lugar, en donde según dijo “vivo mi cercanía como pastor con los que más sufren” y además visita a su sobrina Manuela, que es religiosa del hogar.
En la residencia, viven más de 300 mujeres de la tercera edad, con problemas de desplazamiento o discapacidad física, que son atendidas por cuidadoras especiales y las 45 hermanas que son parte de la congregación.
En su homilía, junto con comentar las lecturas del día, les comentó que “el Señor ha sido muy bueno conmigo, a través del Papa Francisco, ya que me ha llamado a colaborar con él en su tarea evangelizadora, a transmitir la buena noticia, que nos ha enviado a través de su hijo, que es señal de su amor y misericordia”.
Y agregó que “cuando lo que nos guía es el servicio a nuestros hermanos, aliviando el dolor, compartiendo con ellos, eso no es solo producto de nuestra valentía física, si no que algo más profundo, una valentía espiritual”. Agradeciendo toda la labor que realizan en la casa a favor de mujeres discapacitadas y de la tercera edad.
Finalmente el Cardenal Ezzati, les deseó que “esta comunidad sea una familia, donde resplandezca la luz del Señor”, e indicó que “esta obra es signo de la presencia misericordiosa del Señor y de su hijo en medio de nosotros”.
En la ocasión lo acompañaban su hermana Luciana, madre de la religiosa Manuela, Hija de Santa María de la Providencia de la Obra de Don Guanella y su sobrino y familia.
El purpurado señaló que lamentablemente no podrá celebrar la eucaristía en la iglesia Santísimo Redentor en Val Melaina, por problemas de agenda, pero que en octubre próximo, durante el Sínodo de la familia, si lo hará.
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago http://bit.ly/1cmmHSN
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