Presencia Chilena en la Audiencia General del Papa Francisco

Elizabeth Loyola Poblete, enviada especial a Roma

Como cada miércoles, la Plaza de San Pedro se preparó para recibir a los miles de fieles que se reúnen a escuchar la catequesis en la tradicional audiencia semanal. En un pequeño escenario, con un toldo y una silla blanca, el Papa Francisco, con su tono cercano y emocionante, les habló a los presentes acerca del sacramento de la reconciliación.


Testigos de ello, fue la familia Henríquez Cajales, quienes provistos de una bandera chilena no dudaron de acercarse lo más posible al Santo Padre, para recibir una bendición y escuchar sus palabras. Emocionados y alegres compartían la experiencia: “Es un regalo y un privilegio estar acá” decía Pamela, madre de cinco hijos, junto a Jean, su esposo. Y pese que llevan casi tres meses residiendo en Roma, no dejan de sorprenderse con el entusiasmo que genera la presencia de los católicos en ese espacio.


Otra de nuestras compatriotas que estaba presente en la audiencia, fue Trinidad, hija de Jaime Antúnez director de la Revista Humanitas de la Pontificia Universidad Católica. Miembro del Camino Neocatecumenal, se encuentra realizando un voluntariado en la Comunidad Juan XXIII en el Norte de Italia e hizo un alto en su servicio pastoral para conocer al Papa Francisco. “Verlo de tan cerca es emocionante, te transmite mucha paz” señaló, añadiendo que tuvo la oportunidad de contarle brevemente lo que había hecho durante su estadía, lo que su Santidad le contestó agradecido por el trabajo que realizan.


Tanto la familia Henríquez Cajales, como Trinidad, se preparan ansiosos de poder acompañar al nuevo Cardenal de la Iglesia de Chile, el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati. Jean desea que “el espíritu santo lo ilumine a él y a todos los pastores de nuestra Iglesia”.

Mientras los fieles oraban y saludaban con gritos y cantos al Papa, en una de las salas del Vaticano, el Obispo de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción, monseñor Fernando Chomali, participaba de una nueva reunión de la Pontificia Academia para la Vida, donde se está analizando la situación de los adultos mayores en el mundo. Al salir, se encontró con los peregrinos chilenos y los saludó.


A su vez se mostró muy contento de descubrir que existe gran participación chilena en torno al Consistorio, “ya que se puede ver como muchas personas aman entrañablemente al Papa y a su Iglesia”. Y al ser consultado acerca de la pronta creación cardenalicia de monseñor Ricardo Ezzati, dijo que “es una alegría saber que estará más cerca del Papa, ayudándolo en su gobierno “petrino”, en pleno siglo XXI, donde evidentemente tenemos que pensar, como el contenido de la fe se entrega a una mentalidad vinculada a lo tecnológico a lo más inmediato. Es un gran desafío y monseñor Ezzati como educador y pastor hará un gran aporte”.


La reconciliación la paz verdadera


En su catequesis de los miércoles, el Papa Francisco se centró en el sacramento de la Reconciliación, recordando su importancia para la vida cristiana.


Al respecto indicó que “la Confesión, que se realiza de forma personal y privada, no debe hacernos olvidar su carácter eclesial. En la comunidad cristiana es donde se hace presente el Espíritu Santo, que renueva los corazones en el amor de Dios y une a todos los hermanos en un solo corazón, en Jesucristo. Por eso, no basta pedir perdón al Señor interiormente; es necesario confesar con humildad los propios pecados ante el sacerdote, que es nuestro hermano y representa a Dios y a la Iglesia”.


“El ministerio de la Reconciliación es un auténtico tesoro, que en ocasiones corremos el peligro de olvidar, por pereza o por vergüenza, pero sobre todo por haber perdido el sentido del pecado, que en el fondo es la pérdida del sentido de Dios. Cuando nos dejamos reconciliar por Jesús, encontramos una paz verdadera”, expresó también el Santo Padre.


Y saludó especialmente a los peregrinos de lengua española, invitándolos a acercarse con frecuencia al sacramento de la Penitencia, “a confesarse y recibir así el abrazo de la infinita misericordia del Padre, que nos está esperando para darnos un fuerte abrazo”.


Al finalizar la audiencia, se mostró conmovido por la situación en Ucrania, y dijo “con ánimo preocupado sigo todo lo que en estos días está sucediendo en Kiev”.


Mientras compartía sus reflexiones, un anecdótico hecho afectó al Papa Francisco, quien perdió su solideo, que salió volando intempestivamente, gracias al fuerte viento que corría por la mañana en la Plaza de San Pedro.


Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago

http://bit.ly/1cmmHSN



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