En el comunicado con fecha 7 de noviembre y luego de que el Procurador General de la República confirmara la muerte de los 43 estudiantes mexicanos de localidad de Ayotzinapa en el estado de Guerrero, los obispos reiteraron su “cercanía y solidaridad a los padres, madres, familiares y compañeros de los 43 normalistas desaparecidos”.
“Sepan ustedes que estamos pidiendo a Dios que les de fortaleza en estos momentos de dolor y nos conceda que pronto quede esclarecido el paradero de sus hijos, hermanos y compañeros”.
Los prelados mexicanos afirmaron que “uniendo nuestra voz a la suya y a la de toda la sociedad, decimos: ¡Basta ya de tanta corrupción, impunidad y violencia!”
“Respetuosa y enérgicamente pedimos a las autoridades llevar la investigación hasta sus últimas consecuencias para que se conozca con certeza lo que ha sido de los desaparecidos y se sancione con todo el peso de la ley a los autores intelectuales y materiales”.
Asimismo, prosiguen los obispos, “exigimos hacer valer el estado de derecho para poner fin a toda forma de violencia, actividad ilícita, corrupción, impunidad, nexos y complicidad de algunas autoridades con el crimen organizado”.
“A las fuerzas políticas y a la sociedad les reiteramos nuestro llamado a no lucrar con esta desgracia, y a contribuir con responsabilidad a la creación de un México en el que la vida, dignidad y derechos de todo hombre y de toda mujer sean plenamente reconocidos, respetados, promovidos y defendidos”.
Para concluir, los obispos mexicanos hicieron votos para “que Dios, por intercesión de Santa María de Guadalupe, nos acompañe, fortalezca e ilumine en estos momentos oscuros de nuestra historia”.
Los 43 jóvenes asesinados tenían entre 18 y 23 años y eran estudiantes de una escuela rural para maestros de primaria. Desaparecieron luego de un ataque de policías ordenado por el entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca, que dejó seis muertos y 25 heridos.
Las investigaciones de la Fiscalía nacional señalan que los 43 jóvenes fueron detenidos y entregados al cártel Guerreros Unidos, que los hizo desaparecer.
Por su parte y durante una reciente audiencia general en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco pidió a los fieles orar por México, “que sufre por la desaparición de sus estudiantes, y por tantos problemas parecidos. Que nuestro corazón de hermanos esté cerca de ellos orando en este momento”.
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