Kedari nació en Pune dentro del estrato social más bajo del sistema de castas de la India, y se gana la vida hurgando en la basura para salvar lo que puede ser reutilizado o vendido. Su objetivo es luchar por la dignidad de su trabajo.
“He sido capaz de lograr una identidad para toda mi familia, de modo que el municipio hoy nos reconoce. Anteriormente no teníamos ningún tipo de seguridad, de modo que solíamos pelear con los gatos, los perros y los cerdos en los contenedores de recogida de residuos y mientras caminábamos a lo largo de los vertederos. Hoy con dignidad, entro en los hogares. Llamo a los timbres en diferentes hogares y me permiten tener un acceso directo a la basura. Así que mis medios de vida han mejorado así como la forma en que la gente nos mira, la perspectiva ha cambiado por completo”, explicó Kedari en declaraciones a ACI Prensa el 28 de octubre desde el Vaticano.
“Nosotros tenemos que luchar por nuestros derechos. Sé que voy a volver a mi país con más fuerzas, con más fe, con más coraje. Y estamos seguros de que vamos a ganar esta batalla, aunque debemos seguir luchando”, añadió.
El reciente encuentro reunió a 150 representantes de grupos de trabajadores de todo el mundo que, como Kedari, quieren colaborar y mejorar la situación de la pobreza en el mundo, la desocupación y ayudar a quienes han sido expulsados de sus tierras.
En el Antiguo Aula del Sínodo del Vaticano, los trabajadores compartieron sus proyectos y la problemática de su situación, y escucharon al Papa Francisco en un discurso dirigido a animarlos en la dignidad de sus trabajos y el valor social de su labor.
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