Participante invitado: Higinio Fernández, licenciado en Teología Pastoral Buenista por la Universidad Koinonía de Teología a Distancia y profesor en el Instituto de Ciencias Sociorreligiosas de Parla (Madrid). Está casado y mantiene el blog Todos somos hijos de Dios en Multirreligión Digital.
Ja soc aquí, como dijo Colón al volver de América. Ya estoy aquí. He vuelto del Sínodo en Roma renovado y con ganas de seguir avanzando por el camino de una teología auténticamente inclusiva y progresista. Por desgracia, en el sínodo de los obispos apenas pude participar directamente. Tuve largas charlas con algunos obispos y cardenales a los que asesoro teológicamente, pero no me permitieron hablar cara a cara a la asamblea. El típico oscurantismo ultramengano.
En cambio, pude exponer mis ideas en el Sínodo Paralelo organizado por los muchachos de la Asociación Juan XXII en una trattoria del Trastévere. Allí apreciaron bastante mi opinión de que la idea genial de los distintos tipos de familia no se ha llevado lo suficientemente lejos. No basta con reconocer familias “no tradicionales”, hay que reconocer todos los tipos de familia. Es injustificable que sigamos manteniendo, por ejemplo, la anacrónica discriminación numérica de las familias. La teocracia machista-cerrilista del Vaticano se empeña en afirmar que la familia está basada en el matrimonio, sin darse cuenta de que eso es discriminatorio para los solteros y para los que se encuentran en el espacio de tiempo “entre dos relaciones”.
¿Por qué no va a haber familias de una sola persona? Las monofamilias son un tipo de familias tan respetable como cualquier otro. Como decía Santo Tomás, tot familiae quot personae, hay tantas familias como personas. Algunos dicen que esta idea es perjudicial para las familias, pero ese reproche no tiene sentido. Cualquiera puede entender que, al reconocer que cada persona es una familia, lo que se está haciendo es aumentar el número, y por lo tanto la importancia democrático-metafísica, de las familias en nuestra sociedad. La compañía es para la familia como el politeísmo para la religión: una opción respetable pero no necesaria.
También tuve la oportunidad de exponer mi teoría sobre las relaciones matrimoniales en las personas que tienen lo que los médicos llaman “trastorno de múltiple personalidad” (un término ofensivo, que debería ser sustituido por el “don de múltiples personalidades” o “personalidad numéricamente enriquecida”). A mi entender, cada una de esas personalidades múltiples tiene el derecho humano de contraer matrimonio con quien quiera, ya sea con personas monopersonales o con alguna de las personalidades múltiples de otra persona numéricamente enriquecida. Incluso pueden contraer matrimonio entre sí. Es hora de acabar con otra discriminación injusta con bases psiquiátricas arbitrarias. ¡La normalidad ha muerto! ¡Viva la (nueva) normalidad!
En cualquier caso, no quiero distraerme más del tema de hoy. Por citar a un gran católico español, he venido a hablar de mi libro. Los teólogos divagamos fácilmente, pero, como decía Kant, primum vendere, deinde philosophari.
La Editorial Vita Brevis acaba de publicar el libro “Antología de poesía religiosa progresista”, cuyo editor soy yo. Y precisamente porque soy el editor, puedo decirlo con toda humildad y conocimiento de causa: es uno de los mejores libros de este siglo. Conscientes de ese hecho, los responsables de la Editorial Vita Brevis me suplicaron de rodillas y con lágrimas en los ojos que lo publicase con ellos. Reconozco que tenía cierta prevención contra la Editorial, porque tiene unas tendencias ortodoxistas poco recomendables, pero, finalmente, decidí ser tolerante y permitir que mi libro se publicase en ella.
Se trata de una antología de la mejor poesía religiosa progresista. Es decir, de la mejor poesía religiosa sin más, porque, como digo en el libro, la poesía es progresismo y el progresismo es poesía. Por sus páginas, desfilan algunos de los mejores teólogos-poetas progresistas de nuestra época, como Leopoldo Bluff, Policarpo Xentío, Sor Umbría Forkham, el profesor Arturo Saurón OT, Antonio Verruga, Anthony Tutío SJH, Eugenio Veleta, Fray Eutropio Grünn OFE y una larga lista bien conocida para cualquier católico de hoy.
El libro es una joya. Los etéreos haikus de la vida contemplativa de Sor Umbría, el conmovedor “Soneto a la muerte de un geranio”, la innovadora “Coral transespecieísta”, “La abueleidad teológica”, el brutalmente sincero “Extra Ecclesiam, se vive mejor”, “Al cuerpo que se quedará en la tumba”, “Sinérgias multirreligiosas” o el magnífico poema “In principio erat Concilium” de Hans Frühling, por citar sólo unos pocos, son obras maestras de la literatura española, que ahora damos a conocer al público. El libro también incluye un par de poemas de mi autoría y uno de mi esposa Loretta que, francamente, creo que no desmerecen de los demás, a pesar del altísimo nivel de los participantes.
Junto a los poemas, hay pequeños comentarios míos que se esfuerzan por “partir el pan de la poesía”, revelando su genialidad y sus intuiciones teológicas, además de presentar brevemente a los autores, a la mayoría de los cuales conozco personalmente. Los poemas, en efecto, tratan prácticamente todos los temas estrella de nuestro querido progresismo teológico, como el feminismo y la lucha contra el patriarcalismo, el diálogo interreligioso, la opresión eclesial, la bendición de la heterodoxia, la ecología, el transespecieísmo, las concepciones alternativas de la resurrección, las nuevas formas de ser cristiano, el pensamiento positivo, el celibato opcional, el relativismo como nueva base filosófica, etc. De hecho, estuve a punto de titular la obra Catecismo Poético del Progresismo Religioso, pero finalmente no lo hice por las resonancias negativas y cavernarias de la palabra “catecismo”.
El libro incluye, como apéndice, una pequeña biografía mía, escrita por uno de mis discípulos. Siendo un personaje público, muchas veces me han preguntado por la forma en la que mis experiencias vitales han influido en mi teología. Siempre me ha dado pereza responder a esas preguntas y ahora, por fin, alguien lo ha hecho por mí.
Me gustaría terminar diciendo que los que han apreciado mis artículos sobre diversos temas encontrarán en este libro una forma amena y poética de contemplar el auténtico rostro del progresismo. Se puede comprar a través de la editorial (en formato papel o en formatos electrónicos epub, pdf o mobi) o a través de Amazon (en formato papel
¡Qué lo disfruten!
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