El Santo Padre explicó que todo cristiano, cualquiera sea su vocación, debe saber perdonar siempre y no dar jamás escándalo porque el “escándalo destruye la fe”.
Francisco recordó la advertencia de Cristo, de que más vale arrojarse al mar con una piedra atada al cuello que causar escándalo, sobre todo a los indefensos. En ese sentido, se centró en tres palabras claves: escándalo, perdón y fe.
“Ay de aquellos que escandalizan”, recordó el Papa las palabras de Jesús. Asimismo, recordó, Pablo, en su Carta a Tito, da indicaciones precisas sobre cómo debe ser el estilo de vida de un sacerdote –no violento, sobrio– en una palabra “irreprensible”, es decir, contrario al escándalo.
Francisco dijo que esto vale para todos los cristianos, pues el escándalo “es decir y profesar un estilo de vida – ‘soy cristiano’ – y luego vivir como pagano, que no cree en nada”. Esto causa escándalo “porque falta el testimonio”, mientras que “la fe confesada es vida vivida”.
“Cuando un cristiano o una cristiana, que va a la Iglesia, que va a la parroquia, no vive así, escandaliza. Pero cuántas veces hemos escuchado: ‘Pero yo no voy a la Iglesia – hombres y mujeres – porque es mejor ser honesto en casa y no ir como aquel o aquella que van a la Iglesia y luego hacen esto, esto, esto…’”.
“¡El escándalo destruye, destruye la fe! Y por esto Jesús es tan fuerte: ‘¡Estén atentos! ¡Estén atentos!’. Y esto nos hará bien repetirlo hoy: ¡Estén atentos a ustedes mismos! Todos nosotros somos capaces de escandalizar”, advirtió el Papa.
Luego señaló que todos los cristianos deberían saber perdonar “siempre”. Recordó que Jesús invita a hacerlo incluso “siete veces en un día” si quien nos ha hecho una falta nos los pide arrepentido. Jesús “exagera para hacernos entender la importancia del perdón”, porque “un cristiano que no es capaz de perdonar, escandaliza: no es cristiano”.
“Debemos perdonar, porque somos perdonados. Y esto está en el Padre Nuestro: Jesús nos lo ha enseñado ahí. Y esto no se entiende en la lógica humana, la lógica humana te lleva a no perdonar, a la venganza; te lleva al odio, a la división”.
“Cuántas familias divididas por no perdonarse: ¡cuántas familias! Hijos alejados de sus padres, marido y mujer alejados… es tan importante pensar en esto: si yo no perdono no tengo, parece que no tengo derecho –parece– de ser perdonado o no he entendido qué cosa significa que el Señor me haya perdonado. Esta es la segunda palabra, perdón”, indicó Francisco.
En ese sentido, dijo que se entiende entonces “por qué los discípulos, escuchando estas cosas, le dijeron al Señor: ‘Auméntanos la fe’”.
“Sin la fe no se puede vivir sin escandalizar y siempre perdonando. Solamente la luz de la fe, de aquella fe que nosotros hemos recibido. De la fe en un Padre misericordioso, de un Hijo que ha dado su vida por nosotros, de un Espíritu que está dentro de nosotros y nos ayuda a crecer, la fe en la Iglesia, la fe en el pueblo de Dios, bautizado, santo. Y esto es un don, la fe es un regalo. Ninguno con los libros, asistiendo a conferencias, puede tener la fe. La fe es un regalo de Dios que te dan y por esto los apóstoles pedían a Jesús: ‘Auméntanos la fe’”, concluyó.
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