VATICANO, 24 Ene. 15 (ACI/EWTN Noticias).- En el marco de un congreso organizado por el Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos (PISAI), con ocasión de su 50 aniversario, el Papa Francisco indicó que “el antídoto más eficaz contra toda forma de violencia es la educación, para el descubrimiento y la aceptación de la diferencia como riqueza y fecundidad”.El evento se ha desarrollado bajo el tema “Estudiar y comprender la religión del otro”.
El Papa Francisco les recibió el sábado por la mañana en audiencia y les dijo que “es esencial el ejercicio de la escucha” dados los pasos realizados en favor del diálogo interreligioso, también con el Islam y a pesar de algunas dificultades e incomprensiones.
Esta escucha, dijo, “es también un deber pedagógico al fin de ser 'capaces de reconocer los valores de los otros, de comprender las preocupaciones subyacentes a sus peticiones y de hacer emerger las convicciones comunes'”.
“En la base de todo esto está la necesidad de una adecuada formación para que, firme en su identidad, se pueda crecer en el conocimiento recíproco”.
Francisco aseguró que “es necesario poner la atención para no caer en lazos de un sincretismo conciliador, pero al final, vacío y presagio de un totalitarismo sin valores”.
“Cuando llegamos hasta una persona que profesa con convicción la propia religión, su testimonio, y pensamientos nos interpelan y nos llevan a interrogantes sobre nuestra misma espiritualidad”.
Para el Pontífice, “al principio del diálogo existe, por tanto, un 'encuentro'” del que “se genera la primera conciencia del otro”.
El Santo Padre destacó que si “se parte del supuesto de la común pertenencia a la naturaleza humana, se pueden superar los prejuicios y la falsedad, y se puede comenzar a entender al otro según una nueva perspectiva”.
La historia de este Pontificio Instituto de Estudios Árabes e Islámicos “va en esta dirección” ya que “no se limita a aceptar cuanto viene dicho superficialmente, dando lugar a estereotipos y preconceptos”.
El trabajo académico, señaló, “va a indagar en las fuentes, a colmar las lagunas, a analizar la etimología, a proponer una hermenéutica del diálogo y a través de un enfoque científico inspirado por la maravilla y el asombro, y capaz de no perder la brújula del respeto mutuo y de la estima recíproca”.
El Pontífice señaló que el 50 aniversario del PISAI en Roma demuestra cómo la Iglesia comprendió la necesidad de un instituto “dedicado a la búsqueda y formación de operadores del diálogo con los musulmanes”.
Sin embargo, destacó, “el diálogo islamo-cristiano, de manera particular, exige paciencia y humildad, acompañado de un estudio profundo, porque la aproximación y la improvisación pueden ser contraproducentes o incluso causar incomodidad o vergüenza”.
“Hay necesidad de un compromiso duradero y continuo al fin de no quedar atrapados sin preparación en diferentes situaciones y en diferentes contextos”.
Francisco aseguró que esto exige “una preparación específica, que no se limita al análisis sociológico, pero tiene la característica de un camino entre personas pertenecientes a las religiones que, en modos diversos, se remiten a la paternidad espiritual de Abraham”.
En este sentido, “la cultura y la educación no son en absoluto secundarios en un proceso real de acercarse a los otros con respeto hacia cada persona”.
Francisco expresó además que este instituto debería ser más conocido, por lo que “mi deseo es que sea siempre un punto de referencia para la formación de cristianos que operan en el campo del diálogo interreligioso”.
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