En la Plaza de San Pedro se congregaron miles de filipinos que agitaron las banderas de su país cuando el Pontífice les dirigió el saludo.
“El pueblo filipino es maravilloso, por su fuerte y alegre fe. El Señor os sostenga siempre también a vosotros que vivid lejos de la patria. ¡Muchas gracias por su testimonio! Y muchas gracias por todo el bien que hacen por nosotros, porque ustedes siembran la fe entre nosotros, ustedes dan un bello testimonio de fe. ¡Muchas gracias!”.
A la Misa de clausura de su visita, en Manila, hace justo una semana, participaron entre seis y siete millones de personas, batiendo el récord de asistencia a una celebración religiosa e incluso de los distintos Papas.
Por otro lado, el Papa recordó que se celebra la Jornada Mundial de los enfermos de lepra y expresó su cercanía a todos los que sufren y a aquellos que se ocupan de ellos.
Al final, junto a Francisco aparecieron dos jóvenes de la Acción Católica de Roma que han celebrado estos días la tradicional “Caravana de la Paz”.
“Les agradezco y les animo a proseguir con alegría el camino cristiano, llevando a todos la paz de Jesús”, dijo para dar paso a una suelta de globos de diferentes colores que se perdieron en el cielo de Roma.
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