“Dirijo un pensamiento especial a los jóvenes, los enfermos y a los recién casados. Mañana tiene lugar el décimo aniversario de la muerte de San Juan Pablo II: su ejemplo y su testimonio están siempre vivos entre nosotros”, afirmó Francisco en su saludo en italiano.
“Queridos jóvenes, aprendan a afrontar la vida con su ardor y entusiasmo; queridos enfermos, lleven con alegría la cruz del sufrimiento como él nos enseñó; y ustedes, queridos esposos recién casados, pongan siempre a Dios en el centro, para que su historia conyugal tenga más amor y más felicidad”, expresó.
San Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005 a las 21:37 horas, la noche previa al Domingo de la Divina Misericordia que él mismo instituyó y de la que fue tan devoto.
Pocos minutos después, Mons. Leonardo Sandri, que entonces era el Sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede (en la actualidad es Cardenal Prefecto para la Congregación de las Iglesias Orientales), anunció la noticia a las miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro y al resto del mundo, que seguía las últimas horas del Pontífice a través de los medios de comunicación.
Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más de tres millones de peregrinos rindieron homenaje al papa polaco, haciendo incluso 24 horas de cola para poder acceder a la Basílica de San Pedro.
El 28 de abril, Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el Cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005.
Benedicto XVI lo beatificó el 1 de mayo de 2011 y fue canonizado por el Papa Francisco el 27 de abril del 2014, junto a San Juan XIII.
San Juan Pablo II lideró la Iglesia Católica durante 26 años y 5 meses, siendo el suyo el tercer pontificado más largo en los más de 2.000 años de historia de la Iglesia.
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