P. Rogelio Cárdenas, MSpS
Éste es el tiempo propicio para bendecir… para invocar la bondad, pronunciando palabras buenas y deseando el Bien a los demás.
Es tiempo propicio para llamar al Bien, para inundar de bondad las relaciones, para decir el Bien, y bien decirlo… De todo corazón: Bendecir.
Bendecir, porque en todas y cada una de las personas habita esa facultad.
Bendecir libera y sana. Bendecir trae paz y comunión. Bendecir hace manifiesta la sabiduría y el amor. Bendecir, porque Dios nos creó a su imagen y semejanza…
Bendecir, para apagar el rencor, disipar la mentira y difuminar la maldad. Bendecir, en el nombre de Dios Trinidad, que en Cristo se nos reveló.
Ejercita hoy la capacidad de bendecir, en comunión con el pueblo sacerdotal, y en favor de la Humanidad.
Invoca a Dios, Creador Misericordioso de todo, que regala el ser a todo lo que existe.
Alaba, a Dios, siempre cariñoso, de quien emana toda bondad y toda bendición.
Y en Jesús, que está siempre cerca, pide al Espíritu Santo que nos haga bendición para los demás.
Unámonos con amor agradecido y gozoso, porque el divino amor que en todo siempre puede, en favor de la vida que se abre paso, y para la comunión a la que nos llama Dios…
Porque hoy es el tiempo propicio, urgente y necesario, para bendecir.
Dios Trinidad, habita en ti, manifestándote su bendición.
Que la fuerza divina te abrace e infunda en ti su luz.
Que sientas siempre la presencia misericordiosa de Dios.
Y que su divina paz resplandezca siempre en tu corazón.
Gracias por cada bendición.
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