Al comentar el Evangelio de las Bienaventuranzas, el Papa explicó que “las riquezas son una idolatría”, capaces de la “seducción”.
La riqueza “te agarra y no te suelta y va en contra del primer mandamiento”, amar a Dios con todo tu corazón. Pero también van “contra el segundo mandamiento porque destruyen la relación armoniosa entre nosotros, los hombres”, “arruinan la vida”, “arruinan el alma”, añadió.
Además “nos alejan de la armonía con nuestros hermanos, del amor al prójimo. Nos hacen egoístas”.
Por último, el Papa también alertó contra las prácticas de “los que explotáis en el trabajo, que pagáis en negro, que no pagáis la contribución para las jubilaciones, que no dais vacaciones”.
“Hacer ‘descuentos’, hacer estafas sobre aquello que se debe pagar, sobre el salario, es un pecado, es pecado”, “no estás en la gracia de Dios”, advirtió Francisco.
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