Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
En la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York el Arzobispo Bernardito Auza, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU participa en el debate sobre la situación en Oriente Medio, incluida la cuestión palestina y señala que “la formación de un nuevo gobierno palestino ofrece un atisbo de esperanza en medio de las sombras de la desesperación que durante demasiado tiempo han caracterizado el conflicto israelí-palestino”. Además, puntualiza, “la unidad es esencial” para una Palestina políticamente estable y económicamente viable y elogia los esfuerzos “incansables” de los países vecinos “para forjar conversaciones con las distintas facciones palestinas y facilitar el diálogo entre ellos”.
Hablando a cerca de la descripción realizada por el Coordinador Especial para el Proceso de Paz de Oriente Medio, Nickolay Mladenov, quien pinta con frecuencia un panorama sombrío de la situación en la que se afanan las tensiones y donde la violencia entre comunidades tiene el potencial de estallar en cualquier momento, asegura que en Gaza, “la situación humanitaria desastrosa alimenta la desesperación de la población palestina, a veces manipulada por grupos extremistas que recurren a la violencia, mientras aumenta el temor por la seguridad israelí”. En este sentido, Mons. Auza recuerda a los tantos civiles inocentes que, en ambos lados, “han pagado el precio del uso indiscriminado de la violencia y la fuerza”.
La solución de dos Estados: Dificultad no significa imposibilidad
Durante su intervención, Mons. Auza también ha expresado que la tierra palestina está “cada vez más fragmentada” y esto provoca “que la solución de dos Estados sea más difícil de realizar”. Pero – ha señalado – “la dificultad no significa imposibilidad; por lo tanto, corresponde a las partes, a los actores regionales y al resto de la comunidad internacional, hacer todos los esfuerzos y utilizar toda su persuasión política y diplomática para evitar que esta dificultad se convierta en una imposibilidad”. Además, ha pedido que si la solución de dos Estados se convierte en una realidad, “el ciclo de violencia debe romperse y ambas partes deben resolver para evitar acciones unilaterales que socavarían la solución de dos Estados.
Jerusalén: patrimonio común de las tres religiones monoteístas
Al final de su discurso, el Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU advierte de “los movimientos que quieren cambiar la identidad de Jerusalén y su status quo”, los cuales – dice – “no solo afectan a las poblaciones ya frágiles que viven allí, sino que también tienen efectos perjudiciales para la paz y la estabilidad en la región”. En este sentido, recuerda el “llamado conjunto” del Papa Francisco y Su Majestad el Rey Mohammed VI que tuvo lugar durante el Viaje Apostólico del Papa a Marruecos el pasado mes de marzo en el que ambos declararon la importancia de preservar la Ciudad Santa de Jerusalén “como el patrimonio común de la humanidad y especialmente de los fieles de las tres religiones monoteístas, como un lugar de encuentro y como símbolo de la coexistencia pacífica, donde se puede cultivar el respeto mutuo y el diálogo”.
Por último, hace suyas las palabras del Papa durante su mensaje de Pascua de este año: “Que la luz de la Pascua ilumine a todos los líderes gubernamentales y pueblos del Medio Oriente, comenzando con los israelíes y los palestinos, y los aliente a aliviar ese gran sufrimiento y perseguir un futuro de paz y estabilidad”.
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