Pastoral para la Comunicación. -Una medida “ilegal e inhumana”. Así es como los obispos estadounidenses definen la nueva regulación anunciada el 21 de agosto por el presidente Trump que permite la detención indefinida de las familias de inmigrantes irregulares con hijos.
Para los Obispos, esta disposición tendrá “consecuencias desgarradoras” para los niños inmigrantes, los más vulnerables entre los migrantes dijo Mons. Joe Vásquez, obispo de Austin y presidente de la Comisión para la Migración de la Conferencia Episcopal (Usccb). Es un intento de “eludir las obligaciones existentes que socavan la protección de estos niños”, denuncia el prelado en una nota. “El reglamento pondrá en peligro el bienestar y el trato humano de los niños migrantes bajo custodia federal y les causará un sufrimiento duradero”. De ahí la firme oposición de los obispos: “Muchos niños se verán perjudicados por esta nueva regla y esto es simplemente inaceptable”, concluye la nota.
La medida, que deberá ser aprobada por un juez federal, tiene como objetivo abolir la norma contenida en el llamado “Acuerdo Flores”, que establece un máximo de 20 días de detención para las familias de inmigrantes irregulares, a menos que sus hijos menores de edad sean alojados en instalaciones apropiadas.
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