“Creemos que es hora de que el Gobierno escocés legitime las ‘zonas de contención’ alrededor de las clínicas que brindan servicios de aborto en toda Escocia. La actividad ‘anti-elección’ fuera de las clínicas es incoherente con nuestro derecho a acceder de manera confidencial a los servicios médicos esenciales, con nuestro derecho a elegir”, dijo Ella Cheney, fundadora de Back Off Scotland, según el diario de Edimburgo The Scotsman .
Cheney dijo que ha “accedido a los servicios de salud sexual” y es “testigo de cómo estos grupos oraban afuera”. “Es intimidante y me hizo sentir incómoda. Las personas tienen derecho a sus puntos de vista, pero no deberían hablar con las mujeres sobre lo que hacen en el momento en que intentan acceder a los servicios”, dijo.
Back Off Scotland comenzó con una campaña pidiendo a la ciudad de Edimburgo que imponga una zona de contención que impida la reunión o el discurso provida a menos de 150 metros del Centro de Salud Sexual de Chalmers.
Rachael Clarke, del Servicio Británico de Asesoramiento sobre Embarazo (BPAS), dijo que “la ley actual en Escocia no es suficiente”. “Estos grupos no son violentos, pero apuntan a mujeres individuales y les causan una inmensa angustia”, dijo.
El grupo también se está preparando para lanzar una campaña buscando una zona de amortiguamiento alrededor de las clínicas de aborto de Glasgow.
Back Off Scotland cuenta con el apoyo del BPAS y la organización atea Sociedad Humanista Escocia.
Las propuestas de zonas de contención alrededor de las clínicas de aborto en Inglaterra y Gales fueron rechazadas por desproporcionadas en septiembre de 2018 por el entonces ministro del Interior británico, Sajid Javid, al comprobar que la mayoría de las protestas contra el aborto son pacíficas.
Javid dijo que después de revisar la evidencia, que incluía “ejemplos inquietantes de acoso... lo que queda claro de la evidencia que reunimos es que estas actividades no son la norma, y predominantemente, las actividades contra el aborto son de naturaleza más pasiva”.
Las actividades típicas de quienes protestan fuera de las clínicas de aborto en Inglaterra y Gales “incluyen rezar, exhibir pancartas y repartir folletos”, señaló Javid.
El exministro dijo que ya existen leyes para proteger a las personas contra la intimidación y el acoso en los espacios públicos, incluida la Ley de Protección contra el Acoso de 1997, que se extiende a Escocia, y la Ley de Orden Público de 1986.
En Inglaterra, el Consejo del municipio de Ealing impuso una zona de contención, en el oeste de Londres, alrededor de una clínica de abortos “Marie Stopes” en abril de 2018. La zona impide cualquier reunión o discurso provida, incluida la oración, a unos 100 metros de la clínica.
La zona de contención de Ealing, que fue confirmada por el Tribunal de Apelación de Inglaterra y Gales en agosto de 2019.
Poco después, el Obispo de Portsmouth, Mons. Philip Egan, dijo que “eliminar del entorno de las clínicas de aborto las voces alternativas es limitar la libertad de elección”.
“De hecho, la investigación muestra que muchas mujeres han estado agradecidas por el apoyo de último momento que han recibido. La imposición de ‘zonas de no oración’ fuera de las clínicas, me refiero a una vigilia de oración, no una acción militante o disruptiva, es inútil, injusta e innecesaria”, dijo Mons. Egan.
A principios de este año, el Gobierno escocés presentó un proyecto de ley sobre delitos de odio, con la oposición de los obispos del país, que crearía un crimen de incitación al odio contra cualquiera de los grupos cubiertos por el proyecto, que incluyen raza, religión, orientación sexual e identidad transgénero.
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