Según L'Avvenire, el periódico de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), 167 sacerdotes murieron a causa del COVID-19 desde el inicio de la pandemia en febrero.
Un obispo italiano también murió en noviembre. Se trata del Obispo Auxiliar Emérito de Milán, Mons. Marco Virgilio Ferrari, quien falleció el 23 de noviembre a los 87 años, tras ser contagiado con el virus.
A principios de octubre, el Obispo de Caserta, Mons. Giovanni D'Alise, murió a los 72 años de un paro cardiorrespiratorio, a los pocos días de ser hospitalizado por COVID-19.
El Cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la CEI, estaba gravemente enfermo de COVID-19 a principios de mes. No obstante, sobrevivió y ahora sigue recuperándose tras dar negativo a la enfermedad la semana pasada.
El Purpurado pasó 11 días en cuidados intensivos en un hospital de Perugia, antes de ser trasladado al Hospital Gemelli de Roma para continuar su convalecencia.
En un mensaje de agradecimiento dirigido al personal del hospital de Perugia, el Cardenal señaló que “en estos días que me han visto atravesar el sufrimiento por el contagio de la COVID-19 he podido tocar con la mano la humanidad, la competencia, el cuidado puesto en práctica con incansable entrega por parte de todo el personal, sanitario y no sanitario”.
“No les faltarán mis oraciones. También llevo conmigo en el recuerdo y en la oración a todos los que todavía están ingresados y se encuentran en un momento de prueba. Os dejo una exhortación de consuelo: permanezcamos unidos en la esperanza y en el amor de Dios, el Señor no nos abandona nunca y, en el sufrimiento, nos tiene entre sus brazos”, concluyó.
Italia está experimentando una segunda ola del virus, con más de 795 mil casos positivos, según el Ministerio de Salud italiano. Casi 55 mil personas han muerto por el virus en el país desde febrero.
Se introdujeron nuevas medidas de contención a principios de mes, incluidos cierres regionales y restricciones como toques de queda, cierres de tiendas y no comer en restaurantes y bares después de las 6 de la tarde.
Según datos nacionales, la curva de la segunda ola está en declive, aunque los expertos informan que en algunas regiones de Italia las cifras de infecciones aún no han alcanzado su punto máximo.
En abril, obispos de toda Italia visitaron cementerios para orar y ofrecer una Misa por las almas de los que habían muerto a causa del COVID-19, incluidos los sacerdotes.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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