En el editorial de Presencia, el P. Hayen Cuarón señaló que si bien la iniciativa de legalización de la marihuana, también conocida como cannabis, deberá ser debatida también por la Cámara de Diputados, “todo apunta a que en México tendremos más consumo de drogas en un futuro inmediato, empezando por la mariguana; probablemente el consumo legal de otros estupefacientes se extienda en un futuro próximo”.
“La mariguana, considerada droga blanda, es punto de partida para meterse con drogas más duras”, señaló.
El sacerdote lamentó que “el Estado mexicano está dejando de tutelar por el bien común. Por querer dar gusto a grupos minoritarios que enarbolan la bandera de la libertad individual ilimitada y del libre desarrollo de la personalidad, muchos políticos están sacrificando la salud pública y el bienestar de las familias”.
“El consumo de drogas hace crecer los problemas de la salud de una nación, especialmente en el campo de las enfermedades mentales. Su legalización disparará el consumo entre niños y jóvenes, por lo que esperamos nuevas generaciones menos sanas, más viciosas y con más problemas familiares”, advirtió.
El P. Hayen Cuarón señaló que “durante muchos años quienes trabajamos cerca de las familias y de los jóvenes –sacerdotes, educadores, trabajadores sociales– sabemos el sufrimiento que implica para un hogar tener un hijo, un padre o una madre drogadicta. Un toxicodependiente es una persona que se vuelve incapaz de llevar responsablemente un matrimonio y una familia, es alguien cuya vida fácilmente se vuelve ingobernable”.
“Los legisladores, sabiéndolo, votaron a favor de ampliar el consumo y, de esa manera, minan las bases de la vida familiar”, criticó.
“La decisión del Senado no terminará con el mercado negro de las drogas blandas, ni tampoco acabará con la violencia ni con los delitos. Al contrario, las mafias fácilmente se pueden incrementar para llevar a los niños y jóvenes mexicanos, debilitados en su voluntad por la marihuana, hacia el consumo de nuevas sustancias adictivas”, dijo.
El sacerdote mexicano subrayó que “como católicos no compartimos la visión del hombre que tienen los promotores del consumo de drogas. Ellos creen que el hombre debe ser libertad absoluta. La Iglesia nos enseña que la libertad, sin referencia a la verdad y a la responsabilidad con la comunidad, termina por volverse esclavitud que destruye la vida y el tejido social”.
“Por eso no debemos resignarnos a ver surgir en México una clase de seres humanos subdesarrollados que dependan de la mariguana o de otras drogas para vivir. La lucha por la dignidad de todos los mexicanos nos lleva a oponernos a que los jóvenes y los niños perciban que lo legal es normal y moralmente correcto”, dijo.
Al finalizar su editorial, el P. Hayen Cuarón cuestionó: “¿por qué una persona utiliza la mariguana y otras drogas? No es el problema la droga, sino lo que origina su consumo: la pérdida de sentido de la vida y la búsqueda de paraísos artificiales como fugas de la realidad”.
“Y en ese sentido los católicos tenemos la gran misión de mostrar a los jóvenes la grandeza de su dignidad, de su vocación humana y de su destino último en Cristo resucitado”, finalizó.
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