“Se necesita un nuevo consenso, e invitamos a otros a trabajar con nosotros para darle forma. Si podemos establecer los interlocutores de una coalición conservadora post-[Donald] Trump, entonces podemos comenzar el arduo trabajo de abordar las preguntas más serias que nos enfrentan”, indica una carta firmada el domingo 31 de enero por un grupo de académicos que trabajan con el Witherspoon Institute, una organización sin fines de lucro enfocada en el razonamiento moral en una sociedad libre.
“Los conservadores pueden estar en desacuerdo en muchas cosas, pero el desacuerdo no es algo que se deba evitar; de hecho, un desacuerdo real y productivo es un logro”, señala la carta. No obstante, añade que “entre los conservadores, hay fragmentación y confusión”.
“Algo de esto se deriva de las complejidades e intensos debates sobre la última administración, pero va más allá del presidente [Donald] Trump, revelando la fragilidad de las coaliciones que definieron a la derecha durante la Guerra Fría y sus secuelas”, continúa el mensaje.
“Cualesquiera que sean nuestras diferencias, todos los conservadores enfrentan amenazas similares. Seríamos irresponsablemente ingenuos o indulgentes al permitir que nuestras disputas internas nos distraigan de nuestras tareas comunes”, agregaron los académicos.
En ese sentido, identifican varios “elementos de nuestra vida en común” que son “centrales para el florecimiento humano” y que creen que deberían enfocarse en el discurso público.
Bajo el paraguas de “matrimonio y vida”, los académicos identificaron el matrimonio entre personas del mismo sexo, la ideología de género, el aborto, la pornografía, la anticoncepción y el aislamiento social como algunos de los problemas más urgentes para abordarse.
La carta toca varios puntos planificados o promulgados de la agenda promovida por la administración del presidente estadounidense, Joe Biden, y que están en desacuerdo con la visión católica de la sexualidad humana.
En uno de sus primeros actos en el cargo, Biden firmó el 21 de enero una orden ejecutiva para interpretar la discriminación sexual en la ley federal incluyendo la orientación sexual y la identidad de género. El 28 de enero, Biden emitió un memorando presidencial que deroga la Política de la Ciudad de México, lo que permite a los Estados Unidos volver a financiar grupos internacionales proaborto a través de fondos de planificación familiar y asistencia sanitaria global.
Los autores de la carta señalaron que “el conservadurismo debe regirse por un sentido de la primacía de la persona” y que “ninguna ley, política o institución que destruya a la persona humana puede ser justa”.
“Raza, equidad, justicia ante la ley, prácticas comerciales justas, sindicatos, la dignidad de los trabajadores, compensación justa, derechos civiles, impuestos, respeto por las contribuciones de las mujeres, identidad sexual, estos no son temas para ignorar o ridiculizar. La primera tarea es comprender. Luego, desde una postura de comprensión y compasión, debemos articular claramente las verdaderas condiciones del bienestar humano, trabajando a través de la ley, la sociedad civil, la familia y la acción individual para lograr esas condiciones en la medida de lo posible”, explican los académicos.
Respecto a la religión, los académicos aseguraron que “por muy necesaria que sea la defensa de la libertad religiosa, esa libertad en sí misma es insuficiente para la promoción y el florecimiento de la religión, particularmente en un momento en que ésta en Estados Unidos está en declive tanto en adherentes como en sustancia”.
“Muy pocos líderes religiosos e intelectuales parecen estar preparados para proporcionar y enseñar verdades religiosas significativas y densas de una manera atractiva y accesible al público. Como tantas otras cosas en nuestro momento, la religión contemporánea parece estar atrapada en la decadencia. ¿Cómo podemos revivirlo y restaurarlo?”, se preguntan los intelectuales.
En términos de educación, los académicos identificaron la elección de escuela, el control local, los derechos de los padres y la calidad de la educación como algunos temas fundamentales.
Respecto a la justicia, la carta sostiene que el “conservadurismo debe regirse por un sentido de la primacía de la persona”. “Ninguna ley, política o institución que destruya a la persona humana puede ser justa”.
“Estos no son los únicos temas que merecen una reflexión sostenida, pero son dignos de deliberación en el intento de construir un nuevo consenso. Cualquier coalición conservadora viable debe encontrar formas de preservar los bienes que nos unen, confrontando y respondiendo honestamente a las fuerzas que los ponen en peligro”, concluyen los académicos.
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