Tras encontrarse con sacerdotes y religiosos en una iglesia maronita, el Santo Padre fue recibido por el jefe de Estado y luego la banda que estaba en el lugar tocó el himno pontificio.
Después, el Papa Francisco y el mandatario hicieron un breve homenaje al arzobispo Makarios, primer presidente de Chipre, ante cuya imagen se dejó una ofrenda floral.
Luego el jefe de Estado acompañó al Papa para saludar a las delegaciones y el presidente saludó también al séquito papal, tras lo cual se tomó la foto oficial de Francisco con Anastasiadis.
A continuación se dirigieron al estudio presidencial donde dialogaron durante algunos minutos. El Papa agradeció al mandatario su bienvenida y “su calidez. El protocolo de la calidez. Esto llega al corazón”.
El diálogo concluyó con el intercambio de regalos, seguido por la presentación de la familia presidencial al Papa Francisco.
El Santo Padre obsequió al presidente una medalla acuñada en ocasión del viaje apostólico a Chipre y Grecia, en la que aparecen los apóstoles Pablo, sosteniendo una pluma y un papiro; y Bernabé, este último con el Evangelio en una mano y un bastón en la otra.
Al concluir, ambos se dirigieron a la sala de ceremonias donde se realizó el encuentro con las autoridades civiles y el cuerpo diplomático.
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