De regreso en Chile, entre 1963 y 1965 asesora comunidades juveniles y universitarias de diversas regiones del país. En 1965 es nombrado Superior Regional de Chile de Schöenstatt, que entonces estaba en pleno proceso de fundación. Desde ese cargo y hasta 1971, dirige también las comunidades de la Península Ibérica y Ecuador. Se integra a la Conferencia de Religiosos de Chile, que lo elige vicepresidente.
En 1971 es llamado a Alemania para desempeñarse como miembro del Consejo General de Schöenstatt y presidente de su Consejo Internacional, y en 1980 es nombrado Superior General, cargo que desempeña hasta 1990 y en virtud del cual realiza múltiples visitas pastorales a diferentes países de Europa, América, Africa y Oceanía.
En diciembre de 1990 es nombrado por el papa Juan Pablo II Arzobispo Secretario de la Congregación para los Institutos de la Vida Consagrada, recibiendo la ordenación episcopal del papa en enero de 1991. Durante su estadía en Roma, desempeñó además los cargos de consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y miembro del Pontificio Consejo para Laicos, de la Pontificia Comisión para América Latina, del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Emigrantes e Itinerantes, del Pontificio Consejo para los Operadores Sanitarios y de la Asamblea del Sínodo de Obispos sobre la Vida Consagrada.
En noviembre de 1996, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo de Valparaíso, y en 1997 participó del Sínodo de los obispos de América en Roma. Fue nombrado arzobispo de Santiago en 1998, tomando posesión del cargo el 17 de mayo de ese año. El año 2001, fue creado cardenal por el papa Juan Pablo II. Durante los años en que se desempeñó como arzobispo en Santiago, monseñor Errázuriz ejerció por dos períodos la presidencia de la Conferencia Episcopal de Chile, y además la primera vicepresidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en 1999, y la presidencia en 2003.
Como arzobispo de Santiago, tuvo una importante participación en la realización del Encuentro Continental de Jóvenes de 1998. Para el Año Santo Jubilar de 2000 encabezó la ceremonia de Purificación de la Memoria, en la que los obispos chilenos pidieron perdón por los pecados de la Iglesia Católica chilena.
Durante los años en que se desempeñó como arzobispo de Santiago, monseñor Errázuriz mantuvo una llamativa preocupación por el estado anímico del país, en el que advertía un tono más bien negativo, exhortando a mirar los desafíos nacionales con más esperanza. Adicionalmente, es muy llamativo también el modo extremadamente positivo con que se ha referido a la juventud –normalmente presentada bajo estereotipos estigmatizadores-, y la reiteración con que, al abordar la presencia de grupos étnicos originarios en Chile, pidió que nos reconociéramos como país multicultural y pluriétnico. Finalmente, uno de los énfasis de sus magisterio está puesto en la responsabilidad de los medios de comunicación social en contribuir a formar una percepción de la población acerca de su país y sus tareas más positivo, alejándose del sensacionalismo y la polémica artificial y estéril, de la violencia y del ánimo de confrontación, colaborando especialmente con los servidores públicos para que desarrollen su tarea con espíritu de concordia y unidad, y comunicando al conjunto de la sociedad las muchas obras buenas que a diario realizan normalmente sus habitantes y sus autoridades e instituciones.
En 2005 participó del cónclave cardenalicio en el que fue elegido para el pontificado el cardenal Joseph Ratzinger, Benedicto XVI. En 2008, monseñor Errázuriz renunció a continuar como arzobispo de Santiago, por haber cumplido el límite de edad. Su renuncia fue aceptada por el papa en 2010. El año 2013, y luego de la renuncia de Benedicto XVI a continuar desempeñando el pontificado, el cardenal Errázuriz participó de un nuevo cónclave, en el que fue elegido el cardenal Jorge Mario Bergoglio, que adoptó el nombre de Francisco. Actualmente, es uno de los ocho cardenales elegidos por el papa Francisco para formar parte del consejo que lo asesorará en la reforma de la Curia romana.
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago
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