Día del Seminario
El servir ha sido algo que el Presbítero Carlos Alberto Gómez Rodríguez, Formador del Seminario, aprendió desde su casa, y ha sido uno de los principales motivos por los que se decidió a ser Sacerdote.
Por qué entró al Seminario?
Hubo tres cosas importantes que fueron las razones por las que ingresé al Seminario:
1. Porque desde muy niño tuve un constante encuentro con Sacerdotes, especialmente con el Párroco, Don Juan Márquez Martínez, que me motivó con su testimonio y entrega generosa, haciendo el bien a la gente y a mi familia.
2. El testimonio de dos Seminaristas que eran mis vecinos; los veía muy alegres, comprometidos, y fueron para mí un modelo a seguir.
3. La vocación de servicio que se manifestaba en mi familia. De hecho, mis papás siempre nos dijeron que la vida era para servir, y de ahí la opción de responder al llamado a la vida sacerdotal.
Qué lo movió a permanecer en
el Seminario, habiendo otras
posibilidades?
El saber que Cristo siempre estaba conmigo y fortalecía mi vocación. Asimismo, la vida en comunidad, que es muy importante y significativa para mí. De hecho, yo vengo de una familia muy grande, y ya desde ahí aprendí a valorarla; el encontrarme con muchas y muy buenas amistades; el ambiente sano y de crecimiento. Y, finalmente, yo encontré ahí la oportunidad de vivir para servir; es decir, si estudiaba, era para servir; en la oración, para servir a los demás, y así, cada actividad me preparaba para estar al servicio de los demás en mi vocación
Qué fue lo más significativo que
vivió en el Seminario?
Vivir en una comunidad como es el Seminario, donde se vive de la caridad; donde, gracias a Dios, nunca nos faltó nada. Me motivó mucho la generosidad de la gente que nos ayuda con su oración y en lo económico para que haya Sacerdotes. Estoy seguro de que, como dijo San Agustín, “si soy Sacerdote, seguramente es porque alguien ha pedido por mí y ha rezado por mí”.
Qué es para usted el Seminario?
Es la Institución más importante de mi vida; aquí me formé, es mi Alma mater y me siento muy agradecido. Y hasta la fecha, los 26 años que llevo aquí, primero como Seminarista y ahora como Formador, continúo constatando la dicha de que ésta es mi casa.
Qué mensaje les da a los jóvenes
que están en formación
dentro del Seminario?
Tres cosas fundamentales:
1. El llamado es un DON. Acéptalo con un corazón agradecido, pues Dios se ha fijado en ti.
2. Sé feliz. Aquí no se debe estar triste; la vocación debe ser en plenitud, viva, apasionada y entregada a los demás, y en la medida que te das, más feliz eres.
3. Sé siempre libre, Dios te ha llamado libremente, y así mismo, de una forma libre, espera tu respuesta.
Y para los jóvenes que sienten el
deseo de ingresar al Seminario,
qué mensaje les deja?
Jóvenes, reflexionen, porque cuando uno reflexiona, piensa y ora, siempre Dios nos dirá qué quiere de nuestra vida. Les invito a la apertura, a mantener un corazón noble, porque si así es, ese corazón será un buen terreno para que la semilla de la vocación florezca.
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