“Aquí estamos, Señor, con la vergüenza de lo que el hombre, creado a tu imagen y semejanza, ha sido capaz de hacer. Acuérdate de nosotros en tu misericordia”, expresó a través de la cuenta @Pontifex_es
Aquí estamos, Señor, con la vergüenza de lo que el hombre, creado a tu imagen y semejanza, ha sido capaz de hacer. Acuérdate de nosotros en tu misericordia.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 27 de enero de 2018Vatican News informó que este tuit “se inspira en las palabras que pronunció el Santo Padre durante su Peregrinación a Tierra Santa con ocasión del 50° Aniversario del encuentro en Jerusalén entre el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras. En aquella ocasión, el Pontífice visitó el Memorial de Yad Vashem, en Jerusalén, el 26 de mayo de 2014”.
Ese día Francisco asistió al memorial del Holocausto o Shoah, donde, afirmó, resuena la pregunta de Dios “Adán, ¿dónde estás?”, la cual contiene todo el dolor del Padre que ha perdido a su hijo.
“El Padre conocía el riesgo de la libertad; sabía que el hijo podría perderse… pero quizás ni siquiera el Padre podía imaginar una caída como ésta, un abismo tan grande. Ese grito: ‘¿Dónde estás?’, aquí, ante la tragedia inconmensurable del Holocausto, resuena como una voz que se pierde en un abismo sin fondo”, expresó Francisco.
Según los historiadores, la maquinaria de exterminio nazi acabó con la vida de unos seis millones de judíos. Durante los años que duró la Segunda Guerra Mundial también murieron en los campos de concentración fieles católicos, sacerdotes y creyentes de otras religiones.
“¿Quién eres, hombre? ¿En qué te has convertido? ¿Cómo has sido capaz de este horror? ¿Qué te ha hecho caer tan bajo?”, fueron las preguntas que hizo el Papa en 2014 en el Memorial de Yad Vashem.
“No ha sido el polvo de la tierra, del que estás hecho. El polvo de la tierra es bueno, obra de mis manos. No ha sido el aliento de vida que soplé en tu nariz. Ese soplo viene de mí; es muy bueno. No, este abismo no puede ser sólo obra tuya, de tus manos, de tu corazón”.
“¿Quién te ha corrompido? ¿Quién te ha desfigurado? ¿Quién te ha contagiado la presunción de apropiarte del bien y del mal? ¿Quién te ha convencido de que eres dios? No sólo has torturado y asesinado a tus hermanos, sino que te los has ofrecido en sacrificio a ti mismo, porque te has erigido en dios”, expresó.
Francisco dijo ese día que ante la pregunta de Dios, se levanta de la tierra un gemido que responde “ten piedad de nosotros, Señor”. “Señor, escucha nuestra oración, escucha nuestra súplicas, sálvanos por tu misericordia. Sálvanos de esta monstruosidad. Señor omnipotente, un alma afligida clama a ti. Escucha, Señor, ten piedad. Hemos pecado contra ti”.
Antes de culminar, el Papa suplicó a Dios darnos “la gracia de avergonzarnos de lo que, como hombres, hemos sido capaces de hacer, de avergonzarnos de esta máxima idolatría, de haber despreciado y destruido nuestra carne, esa carne que tú modelaste del barro, que tú vivificaste con tu aliento de vida”. “¡Nunca más, Señor, nunca más!”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 14 de agosto de 2016
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