El Prelado hizo esta pregunta al reflexionar sobre la frase del Credo que afirma la fe en “la Santa Iglesia Católica”, tomando como ejemplo lo vivido en la visita del Papa Francisco en Chile.
En su columna publicada en el diario “La Voz de San Justo” el 21 de enero, el Prelado señaló que la Iglesia en este país “tiene hoy un bajo nivel de confianza” debido a varias razones, entre estas “el drama de los abusos sexuales” cometidos por algunos miembros del clero.
“La conclusión, a la que muchos arriban, parece clara: Dios sí, Iglesia no. Hoy muchos creen en Dios sin sentir la necesidad de pertenecer a la Iglesia. Creer sin pertenecer”, explicó.
Sin embargo, aclaró que en primer lugar “los cristianos no creemos en la Iglesia de la misma manera en que creemos en Dios”, sino que en realidad, “el acto de fe solo se puede realizar de cara a Dios. Solo Él, Verdad que no miente, es digno de fe. Solo a Él podemos decirle ‘amén’ con todo nuestro ser”.
Mons. Buenanueva recordó que “la fe cristiana es mucho más que aceptar la existencia de Dios. Es reconocer que Él nos ha dirigido su Palabra, pues ha querido comunicarse con nosotros. Dios se ha hecho oír, convocando a un pueblo y confiándole la misión de ser signo visible de su amor por toda la humanidad”.
"Dios ha creado la Iglesia como la reunión de todos los que creen. Esa es también una de las definiciones más bellas de la Iglesia: ‘congregatio fidelium’ que habla de ‘la reunión de todos los que escuchan, acogen y creen en la Palabra’”.
Iglesia significa “convocación, llamada y reunión de hombres y mujeres para escuchar la Palabra de Dios, recibir su Espíritu y caminar en su presencia”, precisó.
“Así, la Iglesia entra en el campo de la fe como obra de Dios para nosotros” y “el rostro humano de la Iglesia, con todos sus límites, está llamado a ser expresión de la misericordia de Dios manifestada en Jesucristo”, dijo Mons. Buenanueva.
“Siempre ha sido una tentación creer que la Iglesia solo se forma con la gente pura, perfecta y santa. No. La Iglesia abraza a todos: santos y pecadores. Es santa en su cabeza, Cristo resucitado, y en sus miembros más insignes: María y los santos”, explicó.
“Es santa porque a través de su humanidad el Espíritu sigue actuando en el mundo, ofreciéndonos la luz de la Palabra y la fuerza de los sacramentos. Pero esa santidad que viene de Dios es para que la vivamos hombres y mujeres imperfectos”.
Mons. Buenanueva dijo que todo lo visible de una comunidad, es decir, “palabras y gestos, culto y normas, personas e instituciones, carismas y ministerios”, “está al servicio de lo invisible: el Espíritu que santifica a la familia de Cristo”.
“Donde Dios hace oír su Palabra, allí el Espíritu reúne una comunidad unida por la fe. Para los cristianos esto acontece en torno a la persona de Jesús. Él es la Palabra que escuchamos cuando leemos las Escrituras”.
“Es su Espíritu el que nos une en comunión fraterna, rescatándonos de la soledad y el aislamiento”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 26 de enero de 2018
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