“Tres siglos de vida ciertamente constituyen una meta significativa, pero no deben ser la ocasión ni para mirar en manera narcisista a sí mismos, ni para volverse nostálgicamente hacia el pasado. Más bien, representan el estímulo para una conciencia renovada de la propia identidad y para el relanzamiento de la propia misión en la Iglesia”, dijo sobre el aniversario.
También recordó que el objetivo actual de la misma es la de a través de un grupo de estudiosos “investigar y profundizar temas teológicos de particular relevancia”.
Pero sobre todo “estar al servicio de la Iglesia con la intención de promover, solicitar y sostener en sus diversas formas la inteligencia de la fe en el Dios revelado en Cristo; fiel al Magisterio de la Iglesia y abierta a las necesidades y desafíos de la cultura”.
Por otro lado, alabó el intercambio cultura con las instituciones académicas y congregaciones religiosas puesto que así queda patente pertenecer a una “red de relaciones a partir de la cual todos los interlocutores se han enriquecido”.
“Mirando al pasado, la Academia todavía está llamada aun hoy a captar su propia identidad no en una perspectiva autorreferencial, sino como promotora de un encuentro entre teología, filosofía y ciencias humanas, para que la buena semilla del Evangelio dé sus frutos en el amplio campo del conocimiento”, añadió.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 26 de enero de 2018
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