El Santo Padre, que en esta ocasión no pronunció homilía, introdujo la celebración con estas palabras: “Hoy pedimos todos juntos al Señor la paz. Paz para nuestros seres queridos que murieron en Rigopiano; paz para la familia; paz en los corazones; paz que no es solo resignación, sino confianza en el Señor permaneciendo en el dolor”, porque “la paz cristiana no es anestesia”.
“En el dolor pidamos paz: dolor en paz. Con este dolor y la paz que nos da el Señor celebramos la Eucaristía”, añadió.
Al término de la celebración, el Santo Padre saludó uno a uno a los familiares, quienes le mostraron y regalaron fotografías de los seres queridos que perdieron.
El 19 de enero de 2017, una avalancha de nieve sepultó un hotel en una estación de esquí del centro de Italia a consecuencia de tres terremotos el día anterior. El Hotel Rigopiano di Farindola fue el principal afectado por el accidente.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 8 de enero de 2018
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