Con la reunión de esta tarde concluyó el último de los cuatro encuentros entre los 34 obispos de Chile y el Santo Padre en Roma, para tratar los casos de abusos sexuales en el país sudamericano.
Según informó la Sala de Prensa de la Santa Sede, la reunión se desarrolló en la antesala del Aula Pablo VI y terminó a las 6:40 p.m. La serie de encuentros comenzaron el martes 15 de mayo y se enmarcan en un “periodo de discernimiento y encuentro fraternal”.
En concreto, se profundizó en el informe elaborado por Mons. Charles Scicluna, luego de escuchar los testimonios que acusan a Mons. Barros, Obispo de Osorno, de haber encubierto los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.
Al final del encuentro, el Papa entregó a cada obispo una carta en la que les agradece su asistencia para sostener juntos un “discernimiento franco frente a los graves hechos que han dañado la comunión eclesial y debilitado el trabajo de la Iglesia de Chile en los últimos años”.
En ese sentido, agradeció también la “plena disponibilidad que cada uno ha manifestado para adherir y colaborar en todos aquellos cambios y resoluciones que tendremos que implementar en el corto, mediano y largo plazo, necesarias para restablecer la justicia y la comunión eclesial”.
A continuación la carta completa del Papa Francisco:
A los Sres. Obispos de Chile
Queridos hermanos en el episcopado,
Les quiero agradecer que hayan acogido la invitación para que, juntos, hiciéramos un discernimiento franco frente a los graves hechos que han dañado la comunión eclesial y debilitado el trabajo de la Iglesia de Chile en los últimos años.
A la luz de estos acontecimientos dolorosos respecto a los abusos -de menores, de poder y de conciencia-, hemos profundizado en la gravedad de los mismos así como en las trágicas consecuencias que han tenido particularmente para las víctimas. A algunas de ellas yo mismo les he pedido perdón de corazón, al cual ustedes se han unido en una sola voluntad y con el firme propósito de reparar los daños causados.
Les agradezco la plena disponibilidad que cada uno ha manifestado para adherir y colaborar en todos aquellos cambios y resoluciones que tendremos que implementar en el corto, mediano y largo plazo, necesarias para restablecer la justicia y la comunión eclesial.
Después de estos días de oración y reflexión los envío a seguir construyendo una Iglesia profética, que sabe poner en el centro lo importante: el servicio a su Señor en el hambriento, en el preso, en el migrante, en el abusado.
Por favor, no se olviden de rezar por mí.
Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
Fraternalmente
FRANCISCO
Publicar un comentario