Pastoral para la Comunicación.- Pidiendo la oración y demás ofrecimientos de los fieles de las parroquias, comunidades, vida consagrada y movimientos apostólicos de esta Iglesia Particular de parte del Arzobispo Francisco Moreno Barrón y su presbiterio, se da inicio en esta última semana de mayo 2019 a la segunda tanda de ejercicios espirituales del presbiterio de la Arquidiócesis de Tijuana en la que asistirán más de cuarenta sacerdotes con el fin de fortalecer y renovar su vida espiritual.
En este itinerario de animar la vida y el ministerio de los sacerdotes, la Pastoral Presbiteral de la Arquidiócesis considera decisiva la dimensión espiritual desde el comienzo y en cada momento de la formación presbiteral, etapa y edad en la que se encuentra el presbítero. El Documento de Aparecida (2007) subrayaba a la luz de la Palabra que “Ya, desde el principio, los discípulos habían sido formados por Jesús en el Espíritu Santo (cf. Hch 1, 2); el Espíritu es, en la Iglesia, el Maestro interior que conduce al conocimiento de la verdad total, formando discípulos y misioneros” (Ap 152). Reafirmando un triple camino: la meditación fiel de la palabra de Dios, la participación activa en los sagrados misterios de la Iglesia y el servicio de la caridad.
Por ello, la vida espiritual es “vida animada y dirigida por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad” (PdV 19). El don espiritual del sacerdocio abre al sacerdote a la misión universal de la Iglesia hacia el interior y el exterior, hacia lo más personal y lo más comunitario, hacia Dios y hacia los hombres de manera que hace madurar de manera integral la vida del ministerio y la orienta hacía una vida plena.
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