En la carta, más de 160 firmantes aseguraron que ser católicos “implica el sometimiento al Evangelio y a las decisiones que adopta el Sumo Pontífice, bajo la virtud de la obediencia”.
“Aceptamos, entonces, repetimos con verdadero dolor, el cierre de nuestro seminario diocesano dispuesto por la autoridad del Vaticano, el que entendemos surge de lo dispuesto por el Derecho Canónico como lo señalamos en el párrafo anterior, e instamos también a hacerlo a los sacerdotes y demás laicos que, en verdadero estado de desobediencia, están realizando acciones contrarias a la voluntad del Papa, comunicada fehacientemente al obispo a principios de julio del corriente año, mediante nota y ratificada personalmente a Monseñor en su reciente visita al Santo Padre”, indicaron.
Las tensiones entre el Obispado de San Rafael, gobernado pastoralmente por Mons. Eduardo María Taussig, y un grupo importante de fieles y sacerdotes se remonta hasta mediados de junio de este año, cuando el Prelado, al anunciar el reinicio del culto público suspendido por la pandemia de coronavirus COVID-19, determinó que la Comunión solo podría ser recibida de pie y en la mano y no directamente en la boca y de rodillas.
La disposición de Mons. Taussig habría causado tensiones también al interior del seminario diocesano.
El 27 de julio, el Obispo de San Rafael anunció que, por disposición del Vaticano, el Seminario “Santa María Madre de Dios” sería cerrado para fines de 2020 y los seminaristas serían reubicados en otras diócesis argentinas.
Tras reunirse con el Papa Francisco, el Obispo de San Rafael dijo a fines de octubre que la decisión del Vaticano de cerrar el seminario “no estaba en discusión” y se hará efectiva a finales de este año.
Fieles de la diócesis han realizado diversos actos de protesta, con convocatorias al rezo del Rosario frente a las instalaciones del Obispado de San Rafael y numerosas caravanas de autos por las calles de las ciudades que conforman la diócesis argentina.
El 21 de noviembre, en una visita a la ciudad de Malargüe, donde celebró la Misa, Mons. Taussig se encontró con un grupo crítico al cierre del Seminario, y las ruedas de su automóvil fueron dañadas.
Al día siguiente, una nueva caravana de automóviles recorrió San Rafael exigiendo que se revierta la decisión de cerrar el seminario diocesano.
En la carta abierta publicada por De Buena Fe, los laicos de la Diócesis de San Rafael rechazaron los “actos de violencia contra la persona del Obispo que se produjeron a la salida de esa celebración litúrgica, en forma verbal y mediante volantes difamatorios y con pedidos de renuncia, habiendo llegado también a dañar su automóvil; como así también las demás manifestaciones realizadas en distintas oportunidades y con similares características al frente de la Sede de la Curia”.
“Instamos a los sacerdotes hoy en rebeldía, y que oportunamente realizaron votos de obediencia a la autoridad del obispo, a ratificarlos para seguir siendo ministros de la Iglesia católica, apostólica, romana, como así trasmitirles esas enseñanzas a sus feligreses”, indicaron en la carta.
Además, señalaron, “a nuestros hermanos laicos que se dicen pertenecer a nuestra Iglesia pero que promueven y concretan manifestaciones públicas, en forma personal y a través de las redes sociales, contra el sucesor de los apóstoles en la jurisdicción diocesana, los instamos, tal como hiciera San Francisco de Asís 800 años y ahora ratifica el Papa Francisco en su Carta Encíclica ‘Fratelli Tutti’, a evitar toda forma de agresión o contienda y también a vivir un humilde y fraterno ‘sometimiento’”.
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