De este modo, la Sierva de Dios Armida Barelli sará próximamente beatificada.
Armida Barelli nació el 1 de diciembre de 1882 en Milán (Italia) y falleció en Marzio (Italia) el 15 de agosto de 1952.
El comité de la beatificación y canonización de Armida Barelli recibió la noticia “con grande alegría y gratitud” al Papa Francisco junto a muchas personas que en Italia y en el mundo la recuerdan y mantienen viva su herencia.
La próxima beata contribuyó a fundar con su actividad apostólica a favor de la Iglesia y la sociedad italiana tres realidades: la Acción Católica Italiana (ACI), el Instituto secular de las Misioneras de la Realeza de Cristo (ISM) y la Universidad Católica del Sacro Cuore (UCSC).
El milagro atribuido a la intercesión de Armida Barelli sucedió en la localidad italiana de Prato. El 5 de mayo de 1989 la señora Alice Maggini de 65 años fue atropellada por un camión mientras viajaba en bicicleta y sufrió una conmoción cerebral severa. Los médicos habían predicho graves consecuencias neurológicas.
Tras el accidente, la familia de la señora invocó la intercesión de la Sierva de Dios y en modo científicamente inexplicable, Alice Maggini se recuperó por completo y, sin haber sufrido ninguna consecuencia y continuó su vida en total autonomía hasta su muerte en 2012.
Por su parte, el presidente de la Acción Católica Italiana, Matteo Truffelli, destacó que “a través de su trabajo incansable, la Juventud Femenina se arraigó en todo el territorio nacional, convirtiéndose en la rama de la Acción Católica más numerosa para los adherentes”.
“Viajó de norte a sur y recorrió caminos inexplorados en el anuncio del Evangelio, Armida conoció a miles de mujeres suscitando en todos una fe creativa, atrevida, valiente y entusiasta, moviendo en ellos el deseo de involucrar a muchas otras personas en esta misión”, añadió el presidente de la Acción Católica Italiana.
Además, en las asociaciones diocesanas de la Acción Católica han habido y hay aún hoy “numerosos ejemplos de mujeres como Armida, que han recogido su legado a lo largo de los años continuar con contagioso entusiasmo la obra de evangelización de la ‘hermana mayor’”.
Junto al reconocimiento del milagro bajo la intercesión de Armida Barelli, el Santo Padre reconoció también las virtudes heroicas de siete Siervos de Dios.
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